Biología, pregunta formulada por alidiimora, hace 9 meses

Criterios a tener en cuenta cuando la siembra se hace directamente en bolsas​

Respuestas a la pregunta

Contestado por jhonesneider2006
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Respuesta:

El trigo se cultiva desde la línea ecuatorial hasta aproximadamente los 60° de latitud. Si bien se pueden obtener buenos rendimientos incluso con temperaturas tan altas como 40°C, éstos se reducen fuera del rango óptimo de temperaturas (pág. 90). A medida que las temperaturas se acercan al punto óptimo para el desarrollo, el manejo debe ser más cuidadoso y preciso a fin de mantener los rendimientos; el cultivo crecerá más rápido y, por tanto, la demanda diaria de recursos será mayor. Cualquier demora en proporcionar esos recursos, o cualquier demora en la eliminación de los competidores por esos recursos tales como malezas y enfermedades, tendrá un impacto negativo sobre el rendimiento.

El rendimiento del cultivo empieza en el Día 1, o sea, el día de la siembra (ver componentes del rendimiento en pág. 9), pero el buen manejo del cultivo comienza antes del mismo.

Un cultivo uniforme

AF van Herwaarden

Establecimiento pobre del cultivo, ¿por qué?

El trigo tiene un importante y característico hábito de crecimiento que es el macollaje. Unas pocas plantas pueden en poco tiempo producir muchas hojas y tallos que aprovechen los recursos del suelo; es decir, las plántulas no tienen que estar espaciadas perfectamente para cubrir el suelo pues los macollos cubrirán los espacios vacíos. Sin embargo, lleva más tiempo cubrir los espacios por medio del macollaje que con un espaciado uniforme y con todas las plántulas emergiendo al mismo tiempo; la

sincronización es importante para el rendimiento. Las cubiertas foliares pobres son la principal limitación del rendimiento, sobre todo en zonas cálidas (Ageeb, 1994; Olugbemi, 1994). Una cubierta foliar pobre puede deberse a distintas causas: lecho de siembra demasiado seco, pobre preparación del lecho de siembra, mala semilla (viabilidad) e inapropiadas técnicas de siembra. La siembra en el momento equivocado puede empeorar estos problemas.

Preparación del suelo

La preparación del suelo antes de la siembra debería tener los siguientes objetivos:

crear una estructura del suelo favorable para que la emergencia de las plántulas sea rápida y uniforme y permita a las plantas jóvenes tener un rápido acceso a los recursos vitales de los nutrientes, el agua y la aireación. Tanto el sistema de labranza convencional (también llamado limpio) como el de labranza mínima tienen los mismos objetivos. Sin embargo, la labranza mínima (pág. 101) limita el disturbio del suelo a las capas superficiales o a una pequeña abertura para cada hilera del cultivo (pág. 100). La labranza mínima usa frecuentemente maquinaria ligera que puede entrar al campo cuando está húmedo (por ejemplo, después de un cultivo de arroz) con la consiguiente ventaja de acortar el tiempo entre rotaciones o cultivos sucesivos. Esto puede ser un factor crítico para maximizar los rendimientos anuales.

incorporar cualquier tipo de aditivos tales como cal, "composte", estiércol y agroquímicos para la nutrición de las plantas y el control de las plagas y, dependiendo del lugar, incorporar residuos de los cultivos previos.

controlar malezas, plagas y enfermedades.

dar forma a la tierra de tal manera que se pueda suministrar y drenar el agua de riego en forma eficiente, o que el agua se estanque lo menos posible; esto puede requerir nivelación, preparación de surcos, camas y otras operaciones.

Uso de un nivel láser para nivelar el suelo en Punjab, Pakistán

H GómezMacpherson

Siembra directa sobre los residuos del cultivo anterior. Pakistán

El lapso entre la labranza y la siembra fue muy largo y el lecho de siembra se desecó.

Cómo mejorar el lecho de siembra

Reducir el tamaño de los terrones por medio de una segunda labranza. Sin embargo, prestar atención si el suelo está muy seco pues se podría destruir la estructura y dar lugar a un encostrado. Pueden prepararse pautas para cultivar la tierra según el contenido de humedad del suelo (pág. 18).

Minimizar el encostramiento (pág. 98) reduciendo el número de labranzas secundarias que puedan pulverizar el suelo; dejar algunos residuos de cultivo sobre la superficie del suelo. Si hay aspersores disponibles, regar antes de la emergencia de las plántulas para ablandar la costra.

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