Psicología, pregunta formulada por monicahenriquez13, hace 11 meses

Cristina es una mujer de 70 años, vive en su casa junto con su hija Amparo y su nieta Isabel, de 45 y 20 años respectivamente. Ella se ha caracterizado toda la vida por ser activa y alegre, siempre visitada por sus familiares y vecinos. Desde los 65 años participó activamente en el club de adultos mayores de la junta de vecinos a la que pertenece, ocupando cargos de la directiva como tesorera o secretaria, reconoce que si bien estaba más vieja sus funciones mentales de cálculo, memoria y capacidad de síntesis seguían intactas por lo que estos cargos calzaban con sus habilidades en ese momento. Hasta el año pasado, Cristina tuvo una vida social activa y sentía que los años no pasaban en su cuerpo ya que gustaba de bailar y hacer sus actividades, sin embargo, su marido Raimundo de 72 años enfermó repentinamente y falleció a los 2 meses producto de esta enfermedad terminal. Ante esto, Cristina no manifestó ningún malestar en ese momento al sentir que la muerte es algo tan normal en la vida que a todas las personas les ocurrirá por lo que no debía sentirse triste. Sin embargo, al cabo de unas semanas tras la muerte de su marido ella comienza a andar mal humorada, opta por retirarse del club de adultos mayores debido a que era una actividad que realizaba en conjunto a Raimundo y decide encerrarse en su casa. Tras unos meses, ella siente que ya no se puede concentrar como antes, le cuesta hacer cálculos mentales y está muy dispersa en actividades que impliquen un esfuerzo mental, ya no tiene interés en realizar actividades de distensión como las que realizaba y no le gusta que la visiten. Su hija incluso refiere que Cristina ha bajado de peso considerablemente y que le cuesta mantenerse en pie por lo que está acostada gran parte del día, teniendo discusiones para realizarse exámenes médicos de rigor para controlar la hipertensión. Durante este periodo, la relación con su hija Amparo se ha tornado conflictiva ya que Cristina no quiere recibir ninguna ayuda, describiéndose como un estorbo y que lo único que tienen que esperar es que ella se muera para dejar de ser una carga. Por otra parte, su nieta Isabel, tiende a ignorar estas discusiones que se originan en el hogar, aunque se mantiene cercana a su abuela. Un día estando Cristina con Isabel en la casa, esta última le comenta a su abuela un negocio que TAREA SEMANA 8 PSICOLOGIA DEL DESARROLLO EVOLUTIVO quiere desarrollar en el hogar para abrir un pequeño vivero y así vender plantas en el sector, pero necesita de alguien que administre el dinero y se encargue del cuidado de las plantas ya que por sus estudios no tiene tanto tiempo, ofreciéndole a Cristina esta labor. Cristina muy emocionada señala que le gustaría empezar este emprendimiento, sin embargo, tiene miedo por considerar que sus funciones mentales ya no son como antes y que quizás no se la podría con el cuidado de las plantas. Isabel ante esto le señala que puede buscar ayuda en alguna de sus amistades del club de adultos mayores, a lo que Cristina asiente y elige incorporar a una de sus amigas con las que aun mantiene relación para trabajar en el vivero.

Respuestas a la pregunta

Contestado por vaneiunicor
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Respuesta:

esto no es una pregunta

Explicación:

no pongas cosas como esas

GRACIAS!!!!!!!!!!!

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