Castellano, pregunta formulada por alejandra490, hace 2 meses

¿Crees que muchas veces (como los protagonistas) estamos atrapados en el ordenador?
este es el texto:
Pablo era un niño que tenía ganas de jugar

con el ordenador nuevo que le habían

comprado. Lo encendió, pero no funcionó.

Desobedeció a sus padres y tocó los cables

para ver si lo podía arreglar. Se produjo un

gran chispazo lo cual le ocasiono un

desmayo. Cuando se despertó, se dio

cuenta de que estaba dentro del ordenador.

Pidió ayuda, pero nadie lo veía ni lo

escuchaba, porque estaba solo en casa.

Pensó que la única manera para que le

ayuden es a través de Internet. Buscó la “e”

de Internet Explorer, salto sobre ella e

Internet no aparece. Recuerda lo que hacía con el ratón, y esta vez salta dos veces sobre la “e”

Internet Explorer. Por fin aparece Internet, ingresa en Google y busca ayuda. Encuentra una

página Web y salta sobre ella; la página se abre y escribe un mensaje de ayuda. Le responde

mucha gente, unos le dan ánimos, otros le dan pistas, pero solo uno le dice la solución. Tiene que

ir a otra página Web y superar dos pruebas. Salta sobre la página y le aparece la primera prueba,

la lectura. Tiene que leer un texto muy rápido, pero pasa la prueba sin dificultad. La segunda

prueba tiene que hacer un dictado sin faltas ortográficas. Comete un fallo, pero pasa la prueba.

De repente apareció en la silla del ordenador, todo era como antes.

Al día siguiente, Pablo fue a visitar a su amigo Carlos, para comentarle todo lo sucedido. Carlos

también tenía su propia historia.

Carlos era un niño al que siempre le había gustado jugar al fútbol con sus amigos. Incluso, cuando

los mayores no le vigilaban, se atrevía a subirse a los árboles. Siempre estaba corriendo feliz de

un lado a otro y cuando no sacaba la bicicleta para dar una vuelta era porque ese día había

elegido el patinete.

Sin embargo, al cumplir seis años las cosas empezaron a cambiar: descubrió la tecnología. Si al

principio solo usaba Internet para ver acrobacias con patines, poco a poco cada vez lo usaba

más. Ahora desayunaba viendo vídeos en la Tablet, en el colegio siempre le regañaban por estar

con el móvil sin prestar atención a la profesora y las tardes las pasaba encerrado en casa jugando

a videojuegos.

Carlos había cambiado la vida real por una vida virtual, donde él ya no era el auténtico

protagonista. Poco a poco fue perdiendo amigos. Incluso, su aspecto, que siempre había sido

atlético, cambió.

Sus padres le regañaban y le pedían que saliera a la calle a jugar, que necesitaba que le diera el

sol. Sin embargo Carlos no les obedecía ni les entendía, ya que para él todo el mundo interesante

y divertido estaba en Internet.

Fue así como cada día Carlos descubría una cosa nueva en su cuerpo. Ahora le escocían los

ojos y siempre le andaban lagrimeando. También empezó a tener problemas de rodillas y

tobillos y apenas conseguía tenerse en pie. A él, esto no le importaba ya que creía que se estaba

convirtiendo en un mutante parecido al de sus videojuegos.

Sin embargo, un apagón general en toda la ciudad fue la vuelta a la realidad de Carlos. Al principio

se enfadó mucho por no poder conectarse a Internet, pero según pasaban las horas empezó

recordar la sensación del aire en su cara, la euforia de marcar un gol o las risas que compartía

con sus amigos.

Fue entonces cuando escuchó una voz que venía de la cocina. No la reconocía muy bien, pero

pensó que sería de su madre. Y al pensar en ella, entendió que había pasado tantas horas frente

al ordenador que ya no recordaba la cara de su mamá.

Desde entonces solo dedicó un rato corto al día a jugar con sus aparatos tecnológicos.​

Respuestas a la pregunta

Contestado por orunaperezkassandra
1

ESO ES LO QUE PUDE HACER

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