¿Crees que hoy “tener palabra” aún sigue vigente? Explica.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:esto es de una obra de don quijote? dímelo para poder ayudarte
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Me das coronita Plis :3 ??
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Una mañana en que don Quijote estaba caminando por la playa, vio venir hacia él a un caballero de punta en blanco, que en su escudo traía pintada una luna resplandeciente. Cuando estuvo cerca, el caballero le dijo a don Quijote:
-Famoso Caballero don Quijote de la Mancha: yo soy el Caballero de la Blanca Luna y vengo a luchar contigo para hacerte reconocer que mi dama es más hermosa que tu Dul¬cinea. Si yo venzo, quiero que vuelvas a tu aldea y que estés allí por lo menos un año, sin tomar las armas. Y si tú vences, serán tuyas mis armas y mi caballo, y tu fama crecerá.
Don Quijote quedó asombrado y respondió: -Caballero de la Blanca Luna, de cuya fama nunca he oído hablar: yo te haré jurar que jamás has visto a Dulci¬nea, porque si la hubieras visto, te habrías dado cuenta de que no hay belleza que se pueda comparar con la de ella. Elige el campo en donde quieras luchar.
Todos los que estaban allí pensaron que era una burla de don Antonio, pero este, ni bien se enteró, dijo que no tenía idea de quién era el nuevo caballero. Cuando llegó al lugar del combate, los dos caballeros ya estaban listos. Dieron carrera a sus caballos y se encontraron con sus lanzas. El caballo del de la Blanca Luna era más rápido y chocó con¬tra don Quijote y contra Rocinante, que cayeron al suelo. El Caballero de la Blanca Luna dijo que había vencido y le recordó a don Quijote la promesa de volver a su pueblo de dejar las armas por un año. Luego se fue al galope hacia la ciudad. Don Antonio lo siguió para averiguar quién era.
Los demás levantaron a don Quijote, le descubrieron el rostro y vieron que estaba blanco; Rocinante no se podía mover. Sancho estaba triste y no sabía que decir ni que hacer. Trajeron una silla para transportar a don Quijote y todos quedaron con ganas de saber quién era aquel Caballero de la Blanca Luna que tan mal había dejado a don Quijote.
Don Antonio lo encontró en una posada de la ciudad; conversaron y el caballero le dijo:
-Ya sé que quiere saber quién soy. Soy el bachiller Sansón Carrasco y vengo del mismo pueblo que don Quijote; todos los que lo conocemos estamos preocupados por su locura. Tramé este asunto para hacerlo volver a su casa. Hace tres meses, tuvimos un encuentro en el que me hice llamar el Caballero de los Espejos, con la intención de pelear y de vencerlo, para poder ordenarle que volviera a su casa, pero me venció él a mí. Don Quijote siguió su camino y yo quedé lastimado y humillado, así que volví para vengarme. Y como él es tan puntilloso con las reglas de caballería andante, cumplirá con su palabra. Le suplico que no le diga quién soy, para que vuelva a su casa y recupere el juicio.
-Señor, Dios le perdone lo que acaba de hacer –dijo don Antonio- querer volver cuerdo al loco más gracioso que hay en el mundo. Ojalá nunca sane. Con su salud, no solo perderemos sus gracias, sino las de Sancho, pero, de todas maneras, no diré nada. Don Antonio y el bachiller se despidieron. Carrasco se volvió a su pueblo, y don Quijote estuvo seis días enfermo y triste en la cama; Sancho intentaba alegrarlo.
Luego de que don Antonio regresara, don Quijote y Sancho partieron. Don Quijote iba desarmado, y Sancho, a pie, porque el burro cargaba con las armas.