Historia, pregunta formulada por Deysi2020, hace 11 meses

crees que es importante planificar antes de escribir una carta argumentativa?¿ porque ?

Respuestas a la pregunta

Contestado por aguaycemento
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Respuesta:

Tal vez el momento más aterrador para cualquier persona que deba redactar un texto (sin importar la experiencia que se tenga a la hora de escribir y el tipo de texto por hacer) es el de enfrentarse con la página en blanco. Es como si el papel o la pantalla nos interpelaran y nos acercaran a nuestros miedos más profundos, a esos que tienen que ver con dar a conocer lo que somos a través de la palabra. Porque aunque escribamos un simple correo electrónico o una solicitud, cómo lo hagamos siempre dirá mucho de nosotros. El miedo a empezar a escribir, a estampar aquel primer signo que subyugará a la página, es un miedo común pero también fácil de superar. Y para superarlo existe una fórmula sencilla: planificar. El temor desaparece cuando tenemos claro qué vamos a escribir en aquel espacio en blanco. Al saber qué vamos a decir, las palabras fluyen. El proceso de escritura se compone de tres etapas: la planificación, la redacción y la revisión. Con los apuros del día a día, y debido a la cantidad de información que debemos procesar en nuestra cotidianidad, como escritores solemos olvidarnos de las etapas de planificación y de revisión, y solo nos concentramos, al apuro, en la etapa de redacción. Por eso tenemos miedo a escribir, porque pensamos que hacerlo solo consiste en dar rienda suelta a nuestros pensamientos y volcarlos sobre el papel (o la pantalla). Entonces, como no planificamos, el texto se desborda con ideas inconexas a las que al final no podemos dominar. Además, al plantearnos vagamente el tema, queremos escribir todo sobre él, sin enfocarnos en el objetivo principal que nos llevó a escribir sobre este. Planificar consiste, sobre todo, en pensar en el texto que vamos a producir. Se trata de dar forma y orientación a nuestras ideas. Cuando empezamos a planificar el texto debemos considerar tres cuestiones: el tema, el tipo de texto y el lector ideal. Estos aspectos son fundamentales para empezar, pues, una vez que los hayamos definido, el trabajo será más fácil. En relación con el tema, también es importante que lo delimitemos. Mientras más concreto sea lo que vamos a escribir sobre él, será más sencillo continuar con la tarea de planificación. Tener claro el tipo de texto nos ayudará a orientar las ideas, pues no es lo mismo escribir un ensayo académico que una nota periodística. Y, por último, conocer a qué lector está dirigido el texto servirá para aclarar el enfoque que daremos al escrito y el tipo de lenguaje que utilizaremos. Tal vez el momento más aterrador para cualquier persona que deba redactar un texto (sin importar la experiencia que se tenga a la hora de escribir y el tipo de texto por hacer) es el de enfrentarse con la página en blanco. Es como si el papel o la pantalla nos interpelaran y nos acercaran a nuestros miedos más profundos, a esos que tienen que ver con dar a conocer lo que somos a través de la palabra. Porque aunque escribamos un simple correo electrónico o una solicitud, cómo lo hagamos siempre dirá mucho de nosotros. El miedo a empezar a escribir, a estampar aquel primer signo que subyugará a la página, es un miedo común pero también fácil de superar. Y para superarlo existe una fórmula sencilla: planificar. El temor desaparece cuando tenemos claro qué vamos a escribir en aquel espacio en blanco. Al saber qué vamos a decir, las palabras fluyen. El proceso de escritura se compone de tres etapas: la planificación, la redacción y la revisión. Con los apuros del día a día, y debido a la cantidad de información que debemos procesar en nuestra cotidianidad, como escritores solemos olvidarnos de las etapas de planificación y de revisión, y solo nos concentramos, al apuro, en la etapa de redacción. Por eso tenemos miedo a escribir, porque pensamos que hacerlo solo consiste en dar rienda suelta a nuestros pensamientos y volcarlos sobre el papel (o la pantalla). Entonces, como no planificamos, el texto se desborda con ideas inconexas a las que al final no podemos dominar. Además, al plantearnos vagamente el tema, queremos escribir todo sobre él, sin enfocarnos en el objetivo principal que nos llevó a escribir sobre este. Planificar consiste, sobre todo, en pensar en el texto que vamos a producir. Se trata de dar forma y orientación a nuestras ideas. Cuando empezamos a planificar el texto debemos considerar tres cuestiones: el tema, el tipo de texto y el lector ideal.

Explicación:

por último, conocer a qué lector está dirigido el texto servirá para aclarar el enfoque que daremos al escrito y el tipo de lenguaje que utilizaremos. Una vez que hayamos resuelto el tema, la tipología y el destinatario, estamos listos para escribir el esquema. Aunque parezca una tarea tediosa, escribir un esquema nos ayudará a tener claro el ‘mapa’ del texto, la ruta por seguir. .


Deysi2020: puedes hacer un pequeño resumen
Contestado por titochristofer6
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Respuesta:

La planificación es una de las partes más importantes de la escritura, ya que determina que contenidos introduciremos en nuestro escrito y cual será la estructura que seguiremos para su expresión. Esta capacidad de planificación no se refiere tan solo a la redacción de largos textos, sino que también se debe referir a textos cortos.

La planificación no tiene por qué realizarse de forma explícita, ya que algun@s alumn@s desarrollan una capacidad suficiente como para planificar el escrito de forma coherente sin que hayan planificado expresamente su escritura, aunque con toda seguridad lo habrán hecho de forma más o menos consciente. Sin embargo, resulta necesario incidir en la enseñanza de la planificación, ya que en ella reside la capacidad de poder explicar convenientemente todas las ideas que un@ tenia previsto y enlazarlas de forma consecuente. Una escritura impulsiva o poco planificada dará con toda seguridad unos resultados insuficientes, o menos buenos que los que podrían resultar de un escrito convenientemente planificado.

La planificación del escrito deberá variar en función del tipo de registro textual que debamos trabajar, ya que cada tipo de escrito precisa de una estructura diferenciada, así como de unos contenidos diversos. Por ese motivo es necesario conocer los diferentes tipos de registros escritos para poder adaptar aquello que queremos expresar al tipo de registro textual que debemos emplear. Otros aspecto fundamental que debemos tener en cuenta son: el/los destinatarios (sus características fundamentales, si son adultos o si son niños (aspecto que a veces parece que olvidan algunos escritores de cuentos, a juzgar por el vocabulario empleado), si son conocedores del tema o es la primera vez que leen sobre este, si es un profesor o el padre o la madre, 

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