¿Crees que el proceso de descubrimiento y conquista de América puede ser visto, como un “descubrimiento”, un “choque” o un “encuentro” de dos mundos? Justifica tu respuesta
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
“encuentro” de dos mundos
Explicación:
En Europa las personas tenían un lugar en la jerarquía social
solamente si habían nacido en una familia del grupo de la nobleza
o no. Sin embargo, los primeros españoles que migraron a
América, tuvieron la oportunidad de lograr un lugar en la sociedad
por su capacidad de conquistar nuevos territorios, y no por el
origen de su nacimiento, como era costumbre en España. Por ello
es que aquí llegaron españoles que no tenían un gran rango social.
Habían miembros de la baja nobleza (Hidalgos, como Pedro de
Valdivia), artesanos, sacerdotes o quizás fugitivos que necesitaban
una nueva vida. Para todos ellos América representó no sólo una
posibilidad de obtener riqueza, sino de alcanzar prestigio y
reconocimiento social, o sea, pertenecer a la nobleza. Por ejemplo
Francisco Pizarro que en España era un porquerizo (se encargaba
de los cerdos) en el nuevo mundo llego a ser gobernador del
virreinato del Perú.
Estos conquistadores debían financiar la expedición, reclutar a la gente, tomar posesión de las tierras
en nombre de los reyes, y evangelizar a la población indígena. A cambio, recibían múltiples beneficios
tales como: gobernar un territorio, administrar justicia, recibir tierras (llamadas “mercedes de tierras”)
y un grupo de indígenas para que trabajasen las tierras (denominadas “encomiendas”).
La encomienda, el primer sistema de trabajo en América
Una de las instituciones características de la conquista de América fue
la encomienda. Esta consistía en un premio que la Corona otorgaba a
un conquistador español (encomendero), quien recibía a un grupo de
indígenas en compensación por su servicio en las Colonias. Los
indígenas pertenecientes a esta encomienda, debían pagar tributos a
través de su trabajo en servicios personales, el campo, o las minas.
Pertenecer a una encomienda no quitaba la libertad al indígena, ya que
pasaba a ser súbdito de la Corona.
A cambio, el encomendero debía cuidar a los indios y educarlos en la
fe. Sin embargo este sistema muchas veces se transformó en abusivo,
ya que los encomenderos abusaban y forzaban a los indígenas.