Ciencias Sociales, pregunta formulada por xevazart100, hace 11 meses

¿ Crees que con los años disminuirá el racismo en nuestro país?¿Que podríamos hacer?

Respuestas a la pregunta

Contestado por jtorresaspajo
0

Respuesta:

Uno de los males sociales más acendrados a lo largo de la historia de las sociedades es sin duda el racismo. La recurrencia del racismo a lo largo de todos los tiempos, así como su alta versatilidad, que le permite adaptarse y renovarse en cada nueva época, ha dado mucho de que hablar en la literatura. Pero quizá por la gran complejidad de este fenómeno, la energía de los estudiosos parece haberse consumido en la exploración de su naturaleza. Parece haber quedado hasta ahora pendiente el tema de su ataque, más propiamente dicho de la importancia, o quizá debiéramos decir, de la urgencia de establecer formas y mecanismos sistemáticos para erradicarlo.

Ciertamente, casi toda la literatura que se ocupa del racismo destaca la importancia de luchar contra él (Wieviorka, 1992, Castellanos, 2000). Más aún, de ahí se han desprendido propuestas para contrarrestarlo, para neutralizarlo y para prevenirlo. Pero estas propuestas (unas de carácter filosófico, otras de índole legal y algunas de corte educativo) no han sido formuladas de manera articulada. De ahí que su acción no haya sido hasta ahora sistemática y como consecuencia, sus resultados tampoco han sido del todo efectivos. Mientras tanto, los estragos que este mal social sigue provocando no admiten mayor demora en la construcción de una alternativa articulada y sistemática para combatirlo.

A mi juicio, ésta es la tarea que debieran atender con urgencia quienes estudian el fenómeno del racismo y sus males afines como la discriminación, la exclusión y la xenofobia. Ciertamente, la exploración de la complejidad del racismo dista mucho de ser un tema concluido, pero no puede obviarse que hay una necesidad cada día más apremiante de combatirlo.

Un punto de arranque en esta dirección lo constituye el reconocimiento de las propuestas de batalla contra el racismo. Existen por lo menos tres alternativas importantes que buscan minar las fuerzas perversas de este fenómeno. Una de ellas es la que plantea la tolerando, en su sentido filosófico normativo, otra es la de las leyes internacionales y locales contra la discriminación y el racismo y otra más es la que está a cargo, o debería estar a cargo, de los sistemas educativos escolaridades. Cada una de estas alternativas, como intentaré demostrar en este artículo, tiene una esfera de acción distinta, esto es, no corresponden a propuestas en disputa; pero hace falta establecer claramente las competencias y los límites de cada una de esas esferas para poder definir las posibles líneas de articulación y complementariedad entre ellas.

 

El principio de la tolerancia

A lo largo de muchos años ha sido prácticamente una regla básica buscar en la tolerancia los argumentos no sólo para permitir la libre competencia de ideas, puntos de vista diversos y posiciones políticas distintas, sino también para evitar la exclusión, la discriminación y la xenofobia fundadas en el racismo.

Desde la epístola sobre la tolerancia de John Locke (1991) —en la que el tópico central es el asunto religioso—, pasando por el ideal de la pluralidad puramente política, hasta nuestros días en que lo usual es que se añada a la pluralidad política el tema de la pluralidad cultural, étnica, etcétera, la filosofía, la filosofía política y la ciencia política han consolidado toda una tradición normativa de la tolerancia (Walzer, 1998).

Muchos son los escritos de teoría y filosofía política que apelan al sentido normativo de la tolerancia y prescriben su observancia. Y en momentos de creciente pluralismo étnico, religioso, moral, etc., en los cuales la convivencia se torna conflictiva, las más distintas disciplinas sociales prescriben la tolerancia como recurso para garantizar la convivencia pacífica. Más aún, muchos personajes que intervienen en la confección de las políticas de instituciones como la ONU o la UNESCO se encargan de difundir y hacer pública las virtudes de la tolerancia (De Lucas, 1997).

Así, por ejemplo, en su propuesta de establecimiento del año para la tolerancia, en 1995, la UNESCO suscribió lo siguiente:

La tolerancia es el reconocimiento y la aceptación de las diferencias entre personas. Es aprender a escuchar a los demás, a comunicarse con ellos y entenderlos. Es el reconocimiento de la diversidad cultural. Es estar abierto a otras formas de pensar y a otras concepciones, apertura derivada del interés y de la curiosidad, así como el negarse a rechazar lo desconocido. Es el reconocimiento de que ninguna cultura, nación o religión tiene el monopolio del conocimiento o de la verdad. Es una forma de libertad: estar libres de prejuicios, libres de dogmas. La persona tolerante es dueña de sus opiniones y de su conducta. Es una actitud positiva hacia los demás, exenta de todo aire de superioridad (citado en Toscano, 2000: 173).

Explicación:

que te sirva

Contestado por Usuario anónimo
1

Respuesta:

PUEDE SER QUE SÍ O PUEDE SER QUE NO

Explicación:

DEPENDE: varias personas en el mundo (nuestro país) no respetamos los valores, derechos, sobre todo las leyes...nosotros sabemos que debemos cambiar pero no lo intentamos, y si seguimos así nada va a cambiar.

Al no ser que reflexionemos sobre este problema y dialoguemos con los demás, no importa quien sea, lo importante es que nos escuchen y comprendan de que tenemos que "PARAR"

Otras preguntas