Crea un cuento de suspenso cuyo tema gire en torno a la venganza. No olvides ser creativo y original.
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Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El asunto era muy sencillo para ROBERTO, si es que quería recuperar a su esposa y a su hijo. Solo debía matar a alguien.
Eso le dijo aquella voz distorsionada al otro lado del teléfono.
Le dio la dirección de un edificio abandonado, e instrucciones muy específicas.
-Entras al edificio, subes al segundo piso. Allí encontrarás a un hombre con corbata atado a una silla, y encapuchado.
-Tomas el arma que encontraras junto a él sobre una mesa, piensas en algo agradable y luego le disparas dos veces a la altura de la frente, sin quitarle la capucha.
Y ahí estaba ROBERTO, observando al hombre encapuchado y vestido con traje.
No tenía que saber quién era, solo tenía que disparar y salir de ahí. Su esposa FERNANDA y su pequeño hijo se lo agradecerían.
El silenciador del arma prometía no llamar la atención. Las balas parecían excitadas, como actrices a punto de salir a escena.
ROBERTO sudaba a mares, titubeó más de una vez, se decía a si mismo que no tendría el valor de hacerlo.
La adrenalina corría por todo su cuerpo. Respiró profundo, su mano levantó el arma, clavó la vista a la altura de la cabeza del hombre atado, el tiempo se detuvo por un instante, el silencio dio paso a los latidos del tambor, se escuchó un “lo siento” prematuro, y dos balas atravesaron un cráneo.
La sangre que escurría por debajo de la capucha, tiñó de púrpura el traje de aquel desconocido, dando cuenta de la tarea cumplida.
ROBERTO explotó en llanto mientras caía de rodillas. Su dedo pulgar se hundió en el celular, marcó el número uno, espero a que entrara la llamada, y con la voz fragmentada por los sollozos dijo... "YA ESTÁ HECHO", más no obtuvo respuesta alguna.
Apenas se recuperaba, cuando sus ojos húmedos notaron un hecho curioso: las uñas pintadas del hombre muerto.
Una sensación de alarma levantó su cuerpo, y sintió un impulso apabullante de destaparle el rostro. No era un hombre, sino una mujer vestida con traje.
Y no cualquier mujer: era DENISE. La chica de su oficina, su amante con la que se acostaba desde hacía tres años.
Aquella chica por la que se perdido tantas cenas con su familia, y por quien postergo tantas veces a FERNANDA su esposa, y a su pequeño hijo.
La mujer por la que la palabra fidelidad distorsionó su significado.
Como una bestia frenética corriendo por un túnel, una monstruosa conclusión se instaló en su cabeza. Fue entonces, cuando ROBERTO supo lo que había ocurrido.
"YA ESTÁ HECHO", escuchó FERNANDA del otro lado del teléfono, y colgó inmediatamente sin responderle, mientras la satisfacción dibujó una macabra sonrisa en su rostro.
Sus ojos tiritaban decididos a reprimir las lágrimas, al recordar tantos años entregada a él, amándolo, respetándolo, fingiendo creer en sus excusas y en cada historia fantástica que le contaba para evadir sus preguntas.
Tantas noches en las que él no llegó a casa, hasta que ella decidió averiguar lo que pasaba, y tomar venganza.
FERNANDA acarició la barbilla de su pequeño hijo y él sonrió justo como su padre. Le tomó la mano, recogió las maletas y salieron juntos para rehacer su vida...
Explicación: