Costumbres y problematicas de el siglo XX
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Respuesta:
El presente artículo habla acerca de la situación de México ante las crisis internacionales del siglo XX. Las relaciones establecidas por el Estado Mexicano con los demás países del mundo en el siglo XX, fueron muy complejas y diversas. Los procesos políticos, económicos, sociales y culturales dados en el resto del mundo, han influido mucho en el rumbo de México en la política internacional y determinado los principios que rigen esta política. El México posrevolucionario heredó la experiencia sufrida durante el siglo XIX con el exterior, en especial con los Estados Unidos y los países Industrializados de Europa y la capitalizó, diseñando una nueva manera de relacionarse con el mundo, en particular con los países con intereses económicos en México. Así, el país pudo aprovechar las grandes crisis.
Comienzo por afirmar que ha sido un acierto fijar en 1914, con el principio de la Primera Guerra Mundial, el término de un periodo histórico y el arranque de una etapa nueva en la historia europea. Casi podría afirmarse que el siglo XIX se prolonga todavía por 14 años más hasta que empieza la Primera Guerra Mundial. Las consecuencias de esta guerra las ha expuesto de una manera lúcida el Prof. Benz, con gran sentido didáctico, mostrando visiones paralelas simultáneas, retrocediendo en el tiempo y poniendo una viva insistencia en los acontecimientos decisivos en la historia de Europa en aquel periodo. Yo por mi parte quisiera comentar algunos aspectos culturales que acompañaron estos terribles procesos históricos, desde el punto de vista de América Latina y de su posición en el mundo.
Con la Primera Guerra Mundial llegan a su término varios de los imperios y sistemas monárquicos que existían en Europa. Cuatro imperios se desmoronan para siempre: el imperio del Kaiser en Alemania, el imperio Austro-húngaro, el imperio otomano y el imperio ruso; todos llegaron a su término con la Paz de Versalles y los demás tratados que pusieron fin a la guerra.
Debemos considerar que en la Europa anterior a la Primera Guerra Mundial el panorama general estaba dominado por la idea monárquica. En efecto, sólo existía una república, la de Francia, caso ejemplar por su ya larga trayectoria. Aparte de Francia, apenas se había dado un intento republicano en Portugal, a principios de siglo, en 1910, que duró un corto tiempo, hasta el establecimiento del régimen autoritario de Salazar. Existía también, naturalmente, el caso de Suiza, muy distinto al del resto de Europa, pero en todos los demás países estaban vigentes aún los regímenes monárquicos.
Sea como fuere la realidad política, el hecho es que, hasta antes del estallido de la guerra, en Europa predominaba una visión y concepción humana optimista. Todavía prevalecía la "belle époque", en la música, en el arte, el art nouveau, etc. Era una Europa feliz, una Europa que miraba el porvenir con ilusión y seguridad. Hasta entonces había prevalecido un concepto fundamental de la historia: la idea del progreso indefinido. Esta idea, sostenida principalmente por el positivismo de Auguste Comte y el sistema evolucionista de Spencer y Darwin, dominaba los ámbitos universitarios, las ediciones de obras históricas, etc.