Convicciones o ideologías de la ilustración
Respuestas a la pregunta
me costo escribirlo
La palabra idéologie apareció por primera vez en francés hace dos
siglos: en 1796. En aquel tiempo hacía referencia a un estudio científico
de las ideas que se creía que llevaría a la ciencia de la mente humana.
Desde finales del siglo XVIII, quienes estaban implicados en tal estudio
recibían el apelativo de idéologues; de entre ellos, Cabanis, Destutt de
Tracy y Volney son los más conocidos. En varios libros importantes y en
un influyente estudio, La Décade philosophique, profesaron una filosofía que era, en términos generales, determinista, sensualista y materialista, que buscaba inspiración en d’Alembert, Helvetius y Condillac y era
semejante a la de los radicales filosóficos ingleses del mismo período,
como Bentham y James Mill. Desde una perspectiva política, los idéologues deseaban mantener el legado de la Revolución Francesa, aunque
excluyendo el período del Terror, y se declaraban opuestos a Napoleón.
Por ello, no sorprende que fuera Napoleón quien, al parecer, creara el
adjetivo idéologique (1801), al que dio un significado peyorativo.
1. EL TOTALITARISMO: ¿UN DESCENDIENTE
DE LA ILUSTRACIÓN?
El origen mismo de la palabra idéologie y de sus derivados señala
una conexión entre las ideologías y la Ilustración francesa por un lado
10-POMIAN 27/6/06 12:17 Página 191
192 KRZYSZTOF POMIAN
y con la Revolución Francesa por otro. Y esta conexión parece quedar
confirmada por el hecho de que realmente surgieron distintas ideologías
a raíz de ambas. Las fechas en las que sus nombres hicieron acto de presencia en la lengua francesa son bastante elocuentes al respecto: nacionalisme (1798), radicalisme (1820), libéralisme (1821), socialisme
(1831), comunisme (1840), progressisme (1845), collectivisme (1849),
égalitarisme (1870). Además, estas ideologías afirman descender de la
Ilustración y, en el caso de algunas, también de la Revolución Francesa.
De hecho, los liberales consideran como sus antepasados a personajes
como Locke, Montesquieu y Adam Smith, los progresistas a Turgot y
Condorcet, los demócratas apelan a Rousseau, algunos nacionalistas, de
nuevo, a Rousseau y a Herder, los radicales elogian el librepensamiento
de Voltaire y el republicanismo de Rousseau, los socialistas y comunistas incluyen en su genealogía el materialismo de Holbach y Diderot, las
exploraciones utópicas de, entre muchos otros, Meslier y Morelly, las
actividades revolucionarias de Danton y los Girondinos y/o de Robespierre y los sans-culottes.