contruye una historia con estas palabras vigilando la ortografia poder traicion, prepotencia, vanidad, asolapadp, indesicion, perfeccion, impaciencia sabiduria por favorr una historia largitaa muchass Gracias
Respuestas a la pregunta
La montaña orgullosa
Una montaña, que vivía llena de prepotencia y vanidad, se mofaba de ser la más bella y la mejor del mundo. Todos estaban muy hartos de su manera de ser.
El mar, a sus pies, estaba especialmente enfadado con su actitud.
- ¿Acaso se cree el modelo de la perfección? - dijo, y se enfureció por momentos.
- ¿Acaso cree que actúa con sabiduría al tener esa actitud? - dijeron el río y la pradera- su paisaje sin nosotros nunca sería tan bello.
- ¿Por qué se siente superior a todos? - dijeron las rocas con un tono asolapado.
Pasaban los días y la montaña seguía presumiendo de su belleza e insistía que sin ella, el mundo no tendría sentido.
Las nubes y el sol también escuchaban todos los días desde el cielo, pero con mucha paciencia.
Un día el sol, quién se levantó en estado de indecisión, ya que quería hablar con la montaña de su situación pero, al mismo tiempo, le disgustaba tener que hacer eso, escuchó decir a la montaña:
- Soy la más bella, la más alta, las más... y el sol, dejándose llebar por la impaciencia y sin poder controlarse, se calentó tanto que sus rayos brillaron con tanto poder, que provocó un incendio.
- ¡Socorro, socorro! - gritó la montaña ardiendo poniéndose muy negra.
El mar y el río pensaron que podían ir en su ayuda, y apagar en un momento el fuego con sus olas; pero no lo hicieron.
Las rocas pensaron que podían ir en su ayuda, y hacer un cortafuegos para que el incendio no avanzara; pero tampoco hicieron nada.
Al rato, las nubes empezaron a descargar agua sobre la montaña, que sintió un alivio inmediato.
La montaña quedó negra, fea y desolada; pero gracias a las nubes había sobrevivido al voraz incendio que, accidentalmente, había provocado el sol.
Transcurridos muchos años fue recobrando su hermosura; pero prometió que jamás volvería a jactarse ante los demás de nada, ya que sería una traición a ellos por el bien que hicieron por ella, y también, sobre todo, ese día había aprendido que todos eran diferentes, que ninguno era superior al otro, y que cada uno tenía su espacio en el mundo.
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