Continuamente nos enteramos en los noticieros, que muchos sectores de la población tienen graves problemas, porque el dinero que reciben por sus trabajos no alcanza para cubrir todos los gastos para la alimentación, la salud y la educación.
Contextualización
1. ¿Por qué crees que se presentan estas situaciones?
Respuestas a la pregunta
Tras décadas en constante declive, el hambre en el mundo ha ido aumentado lentamente desde 2015. En 2018 se estimaba que 821 millones de personas se iban a la cama con el estómago vacío. Al mismo tiempo, el sobrepeso y la obesidad continúan aumentando en todas las regiones del mundo, tal y como refleja un importante informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en 2019.
A mediados de la década de los 2000 pudimos observar la rapidez con que puede cambiar el mercado mundial de alimentos. Previamente, las dos décadas anteriores al año 2000 fueron testigos de una serie de fenómenos paralelos: el aumento paulatino de la demanda mundial de alimentos, el crecimiento de la población global, unas cosechas récord, mejoras en los salarios y la diversificación de las dietas. Gracias a ello, los precios de los alimentos fueron bajando. Sin embargo, a partir de 2004 el aumento de la producción no pudo mantenerse al mismo nivel en el que crecía la demanda, por lo que los precios de la mayoría de los cereales comenzaron a subir.
Al año siguiente, cuando las reservas de alimentos ya se encontraban seriamente diezmadas, las pésimas cosechas de 2005 empeoraron más cabe la situación. Al año siguiente la producción mundial de cereales se redujo en un 2,1% y en 2007, la rápida subida de los precios del petróleo provocó el aumento del precio de los fertilizantes y de otros gastos de producción de alimentos.
En vista de que los precios de los alimentos aumentaban hasta niveles sin precedentes, muchos países buscaron fórmulas para protegerse de una potencial escasez de alimentos o de una subida repentina de sus precios. Como resultado, varios países impusieron restricciones a la exportación, mientras que algunos de los principales estados importadores comenzaron a comprar cereales a cualquier precio con tal de mantener sus existencias.
Y por si todo esto fuera poco, la crisis económica mundial de 2008 y 2009 minó la seguridad alimentaria de muchos países. El hambre ha aumentado en muchos de los países donde la economía se ha desacelerado o contraído, principalmente en los estados de ingresos medios, tal y como muestra el Informe sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2019.
Equipo de Tareas