Castellano, pregunta formulada por lorenagiraldo42, hace 10 meses

contexto del boom y el post boom, 4 diferencias entre ellos y sus temas

Respuestas a la pregunta

Contestado por 0ffbell2007
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Teniendo en cuenta las características de la narrativa hispanoamericana de los años sesenta y setenta,  señala las diferencias entre  “boom” y “post-boom”.

La explosión de talento narrativo que ocurrió en Latinoamérica en la década de los sesenta es conocida con el onomatopéyico título de “el boom”, acuñado por el crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal (Fox;218). Algunos críticos insisten en discernir entre “el boom” – como un fenómeno meramente comercial en el mercado librero mundial – y “la nueva narrativa hispanoamericana” (Garganigo;512). Sin embargo, no importa cómo se llame, el resultado principal de esta renovación literaria fue la presencia de nuevas fórmulas para reflejar la realidad del continente americano (Cabrales;194).

Las más importantes novedades técnicas de la época fueron la literatura fantástica, el realismo mágico, la tradición realista renovadora y la antinovela. La literatura fantástica es una mezcla de acontecimientos insólitos, sueños o universos imaginarios que ponen de manifiesto aspectos ocultos de la existencia, a través de una peripecia narrativa que no se aleja de la realidad. El autor se vale a menudo de la literatura como un juego para hacer hincapié en el absurdo de la existencia. Su manifestación egregia se encuentra en los cuentos de Cortázar (Cabrales;194). El realismo mágico consiste en dotar de dimensiones maravillosas, irreales y exageradas la realidad cotidiana, de manera que los personajes y el lector pasan de lo real a lo mágico sin apenas darse cuenta. El autor más destacado en esta técnica es G.G. Márquez. La tradición realista renovadora incluye a quienes cuentan historias de la vida corriente, a las que aplican una amplia serie de modernas técnicas como monólogos interiores, relatos fragmentados, múltiples y cambiantes puntos de vista, diálogos entrecruzados, perspectivismo, yuxtaposiciones espacio-temporales, parodias, etc, como lo hace Vargas Llosa. A la categoría de la antinovela pertenecen obras que investigan sobre los mecanismos de la propia creación narrativa, prescinden de la trama convencional, de la intriga, de las descripciones e incluso de la psicología de los personajes, para obligar a que la imaginación del lector participe en la composición del relato. Entran aquí títulos como Rayuela, Cien años de soledad, La casa verde, La muerte de Artemio Cruz (Cabrales;194).

En cuanto a la lengua literaria cabe destacar dos grandes líneas: por un lado los escritores usan un lenguaje denso, ajustado, con imágenes y comparaciones de un realismo muy preciso para describir situaciones fantásticas, irreales o absurdas. Por otro lado, se valen de la exuberancia verbal, apta para descripciones donde predomina el elemento sensorial: amplios períodos sintácticos, riqueza léxica, sintagmas no progresivos y otros rasgos por los que este estilo se ha llamado neobarroco (Cabrales;194).

En la temática hay riqueza y variedad de contenidos pero los temas que se repiten con mayor asiduidad son los siguientes: la crisis existencial del individuo, la contemplación de un mundo caótico o absurdo, la figura del dictador, la recreación de mitos fundamentales, la misma historia de Latinoamérica  pródiga en acontecimientos con posibilidades narrativas (civilizaciones prehispánicas, conquista y colonización, guerras de independencia, tiranías y revoluciones). Y por último, la propia creación narrativa, la metaficción, en la que el proceso de composición de la novela se convierte en ingrediente esencial del libro (Cabrales;195-196).

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