construye una tabla sobre los nutrientes orgánicos e inorgánicos en la que consten características, funciones, ejemplos de nutrientes, y limentos donde se encuentran
Respuestas a la pregunta
Ácidos grasos elementales. Como la Omega-3 u Omega-6, se trata de aceites grasos que el organismo es incapaz de sintetizar pero requiere para el correcto metabolismo de los azúcares y los lípidos. Se encuentran presentes en ciertos cereales de grano entero, los aceites vegetales, ciertos frutos secos, en los pescados azules (arenque, bonito, atún) y en muchos alimentos enriquecidos artificialmente.
Azúcares. Como la sacarosa (azúcar de mesa) o la fructosa (azúcar de las frutas), muchos glúcidos forman parte de los nutrientes orgánicos que consumimos a diario. Estos compuestos están elaborados a partir de carbono, hidrógeno y oxígeno principalmente, y una vez en el organismo son transformados en glucosa (energía inmediata).
Fibra vegetal. Como las presentes en cereales, productos de trigo, salvado, productos integrales y en frutas como la banana y la manzana, es una de las formas más usuales de carbohidratos complejos que consumimos y que más nos nutre de materia y energía.
Proteínas animales. Se llama así a las provenientes del consumo de la carne de los animales, ya sean carnes rojas (vaca, cerdo, camélidos) o blancas (aves, pescados). Es una de las fuentes más abundantes e inmediatas de proteínas y lípidos para el ser humano, si bien muchas veces no represente el modelo más saludable de alimentación (sobre todo en el caso de las carnes rojas).
Vitaminas. Las vitaminas son sustancias esenciales que el organismo requiere para numerosísimos procesos de homeostasis y de funcionamiento ordinario, pero que no puede sintetizar por cuenta propia. Así que debemos consumirlas en los alimentos. Existe una lista variada y enorme de vitaminas, agrupadas en distintos complejos o grupos (complejo B, Vitamina C, etc.) y presentes en diversas fuentes dietéticas, desde las frutas (los cítricos para la vitamina C, por ejemplo) hasta los huevos.
Grasas. Más allá de que el exceso de consumo de lípidos se haya convertido en un problema de salud en tiempos contemporáneos, estos forman parte del cuerpo en tanto reservorios de energía (los triglicéridos del azúcar devienen en grasa), bases estructurales (sostén de órganos) o protección (capas de lípidos que aíslen del frío). La fuente más abundante de grasas en la alimentación son las carnes animales y las frituras o salsas grasas (como la mayonesa).
Aminoácidos esenciales. Tanto como las vitaminas o los aceites grasos, existen aminoácidos necesarios para el organismo que debemos obtener de la comida. Los huevos, como fuente de proteínas animales, son también un gran proveedor de aminoácidos esenciales, que no son otra cosa que los ladrillos biológicos con que se construyen enzimas, proteínas y otras sustancias más complejas.
Proteínas vegetales. Las legumbres, los granos, la soja y muchos frutos son una excelente fuente de proteína vegetal, alternativas a la ingesta de carne y sus grasas saturadas tan peligrosas. Con estas proteínas el cuerpo puede obtener distintas piezas materiales para largo plazo, como construir músculo o crecer.
Carbohidratos. La fuente inmediata de energía, cuya oxidación mantiene el cuerpo andando y cumpliendo con sus cometidos. Los carbohidratos (sobre todo los simples) son de rápida e inmediata asimilación, por lo que sirven para encender el fuego pero no para mantenerlo mucho tiempo ardiendo. Fuentes carbohidráticas importantes son las papas, el arroz, el maíz y los derivados del trigo.
Antioxidantes. Muchas vitaminas, como la E, y otras sustancias orgánicas similares, tienen un efecto antioxidante que preserva las células de los daños colaterales de la respiración y prolongan su vida. Estos elementos antioxidantes son muy codiciados en la dietética contemporánea, pues permiten lidiar con los radicales libres que produce, por ejemplo, el consumo de alcohol