Ciencias Sociales, pregunta formulada por anahyssolorzano3, hace 19 horas

¿consideras que los seres humanos debemos olvidarnos de los mendiagos?​

Respuestas a la pregunta

Contestado por Milaisa09
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Respuesta:

La pobreza, la marginación, la miseria y las desigualdades sociales no son algo históricamente superado. De los 5.660 millones de humanos que pueblan la Tierra, sólo 1.200 millones viven en el hemisferio Norte o desarrollado; el resto lo hace en países del Tercer Mundo, subdesarrollado. No se trata tanto de sus formas cuantitativas («medir pobres»), sino de reflexionar sobre los orígenes de la pobreza y los procesos del empobrecimiento. ¿Por qué no se erradica en la actualidad la pobreza, si es objetivamente evitable? Porque los pobres son y han sido necesarios económica, social, política, moral, religiosa y militarmente- para la supervivencia del mundo moderno.

Hablar, desde Occidente --las sociedades industriales del Norte--, de la pobreza y la marginación, de la miseria y las desigualdades sociales, pudiera parecer algo ya históricamente superado. No es así. Lo confirman los millones de pobres a los que me referiré: los involuntarios --pues no han elegido su estado-- y prácticamente perpetuos --sumidos en la trampa que tiende la pobreza--. De los 5.660 millones de humanos que pueblan la Tierra, solo 1.200 millones viven en el hemisferio Norte o desarrollado; el resto lo hacen en países del Tercer Mundo, subdesarrollado: basta recordar el continente africano --Etiopía, Somalia, Ruanda, Chad-- o las grandes áreas de América Latina o Asia --Bangladesh, India--, estados que viven en medio de una pobreza absoluta --personas que carecen de comida y abrigo.

No obstante, la pobreza y el empobrecimiento también aparecen en bastantes regiones, comarcas y pueblos de occidente; referidos a España, Andalucía o Extremadura son claras manifestaciones.

Sin embargo, cuando hablo de pobreza, entiéndase que me refiero sobre todo al empobrecimiento (capitalista). Generalmente, en los discursos sobre la pobreza, muchos científicosentre ellos los españoles y políticos aluden a sus formas cuantitativas habituales: determinar el número de pobres, en un momento dado y en una sociedad concreta. Por encima de todo son estudios economicistas. En mi intención no está «medir pobres»: sus aspectos cuantitativos --aunque son imprescindibles para calibrar la gravedad de este problema mundial-- carecen de importancia si no hay, a la vez, cambios cualitativos, intelectuales, sociales y políticos respecto a ellos (1). Incluso cuando se ha aplicado alguna medida, por separado, normalmente se llega al fracaso.

Como dice C. Lles, «los estudios [sobre la pobreza] de los años ochenta, igual que los de los años sesenta, se caracterizan por un empirismo cuantitativista y descriptivo escasamente analítico. La realidad, troceada funcionalmente, se describe y caracteriza por una necesidad imperiosa de actuar, pero no de entender» (Lles 1989: 185). Por tanto, es más positivo reflexionar sobre los orígenes de la pobreza y, sobre todo, sobre los procesos del empobrecimiento, ya que su estudio «proporciona una visión más adecuada, completa y rica del funcionamiento de una sociedad o del funcionamiento del mundo».

He de advertir que desigualdades humanas y empobrecimiento --conceptos claves de este artículo-- son diferentes, aunque ambos guardan una relación directa. La pobreza, además, genera hambre, miseria, necesidades primarias insatisfechas, injusticia y violencia .

Los términos pobre, pobreza o empobrecimiento no han sido nunca uniformes, sino que, según los períodos históricos, teniendo en cuenta las variables económicas, sociales, políticas, militares e incluso morales y religiosas, han ido variando y tomando diferentes connotaciones. De aquí la amplitud y diversidad del concepto, que, en definitiva, refleja un estado de diversos tipos de carencias de, al menos, alguna clase de bienes importantes para la vida social e individual. La pobreza es un estado de debilidad, de dependencia, de subordinación o humillación, respecto a la privación de medios para conseguir la subsistencia, pero una existencia humanamente digna; medios de todo tipo: económicos, sociales, de poder o saber, de salud, de honra, etc., aunque no han de faltar todos en la misma persona.

Dicho esto, dignidad humana significa que un individuo siente respeto por sí mismo y se valora al mismo tiempo que es respetado y valorado. Implica la necesidad de que todos los seres humanos sean tratados en un pie de igualdad y que puedan gozar de los derechos fundamentales que de ellos derivan.

En conclusión NO debemos olvidarnos de los mendigos pues también son seres humanos como nosotros y seres que merecen la dignidad, derechos y deberemos que tenemos cada uno de nosotros, pero eso si darles oportunidad y no darle todo a manos llenas, mas bien ayudandolos a conseguir una vida mas digna.

Espero que este aporte te ayude en tu búsqueda.

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