¿Consideras que hay una respuesta sobre la existencia de Dios sin recurrir a un dogma?
Respuestas a la pregunta
Obviamente. La existencia de Dios es fácilmente demostrable filosóficamente de una infinidad de maneras.
La primera es mediante las series jerárquicas. Hay muchas series que dependen de sus miembros anteriores para funcionar y que, al no poder prolongarse al infinito, requieren un techo que esté por fuera de sus condiciones. Por ejemplo, todo lo que cambia es cambiado por un factor externo: la serie debe acabar últimamente en un único ente inmutable que haga cambiar todo el resto. Del mismo modo, todo lo unido fue juntado por otro, por lo que se requiere un ente perfectamente simple, etc, etc. La suma de todas estas conclusiones nos lleva a un ente perfecto, causante y sustentor de todo lo existente: Dios.
La segunda es mediante el orden universal. Vemos que existen cosas inconscientes que manejan causas finales: en consecuencia, requerimos una mente que diseñe esas causas finales y las imparta como capacidad intrínseca de estas cosas.
Además, la existencia de un Intelecto Ordenador que sea interfaz para la existencia de todas las verdades necesarias (2+2=4, toda cuerda que cruce el centro de una circunferencia mide lo mismo, etc.) es clave para dar una coherencia al universo como un todo. Las leyes de la física existen por fuera de las cosas, en la mente de Dios.
La tercera es mediante la causalidad. Sabemos que el universo tuvo un comienzo: sin embargo, es verdad científica que la materia no puede surgir de la nada. Ahora que la teoría del Big Crunch fue rechazada, la única alternativa es Dios.
De forma similar, las cosas contingentes del universo (que podrían existir o no) no tienen una Razón Suficiente para existir en ellas mismas, sino que deben recibirla de un Ser Necesario (que debe existir sí o sí) externo. Este Ser Necesario, causa de la existencia de todo lo demás, es lo que llamamos Dios.
Por último, la existencia de Dios puede confirmarse gracias al análisis médico de muchos milagros que han sido catalogados como efectivamente sobrenaturales, como las quemaduras en Lourdes, los estigmas en Soufanieh o la transubstanciación en Lanciano.
En resumen, la existencia de Dios está sobradamente probada y negarlo es ir en contra de todos los principios filosóficos básicos sobre los que se ha edificado desde siempre esta disciplina.