¿Considera que Nelson Mandela es una inspiración?
¿Por qué?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Siempre me ha parecido que Mandela formaba parte de mi vida. A finales de la década de 1960, siendo yo una adolescente que vivía en el norte de Londres, tenía una estrecha amistad con la familia exiliada de Denis Goldberg, el único acusado blanco del juicio de Rivonia de 1964, en el que fueron condenados él, Mandela y otros dirigentes del Congreso Nacional Africano (ANC) a cadena perpetua.
Esa amistad me hizo entender la crueldad e injusticia del apartheid, e inspiró mis inicios en el activismo. Participé en las protestas contra el apartheid y me manifesté ante la embajada de Sudáfrica en el centro de Londres, denunciando con poca esperanza las miserias del gobierno más descaradamente racista.
Con el paso de los años, el lema “Libertad para Nelson Mandela” fue ganando intensidad a medida que el propio Mandela pasaba a simbolizar la creciente lucha que se libraba en las barriadas y en los lugares de trabajo de Sudáfrica, más allá de los muros de su cárcel.
En 1989 fui por primera vez a Sudáfrica en el marco de la campaña de solidaridad con Moses Mayekiso, sindicalista negro juzgado por traición, un delito punible con la muerte. Tras 20 años de trabajo de campaña, pensé que entendía las lacras del apartheid. Pero no era así. No fue hasta estar con amigos y no poder entrar en los mismos edificios, ni usar el mismo transporte o caminar siquiera por las mismas playas, cuando me di cuenta realmente de la obscenidad del sistema.
La absolución de Moses fue una de las señales de que el apartheid se estaba desmoronando y de que Mandela pronto sería libre. De regreso en Londres, ¡cuántas celebraciones hubo cuando Mandela dio los últimos pasos de su largo camino hacia la libertad!
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