Consejos para que una persona sea coherente
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1. Analizar si las actitudes y palabras no cambian radicalmente según el lugar y las personas con quien se esté. Hay que procurar siempre que, en todo lugar, se tenga la misma imagen y opinión de ti.
2. Pensar en lo que se exige a los demás y si cada uno y corresponde, al menos, en la misma proporción.
3. Ser cuidadoso para elegir amistades, lugares y eventos. Así, no será necesario esconderse, mentir y comportarse de forma contraria a los principio de cada uno.
4. Evitar las trampas o cumplir con las obligaciones a medias. Aunque sea lo más fácil y nadie se percate de ello por el momento.
5. Considerar la posibilidad de equivocarse. Es necesario considerar que algunas veces se puede estar equivocado, escuchar, reflexionar, informarse y corregir si es necesario.
ADOLESCENTES
12 consejos para ser coherente en la adolescencia
12 consejos para ser coherente en la adolescencia
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La adolescencia es un periodo que transcurre entre la infancia y la edad adulta, caracterizada por profundos cambios. Esos cambios hacen que sea un periodo difícil tanto para ellos como para sus familias. El que antes era un niño, ahora está madurando para convertirse en un adulto y en ese proceso de maduración, ser coherente en la adolescencia debe ser un objetivo sobre el que crecer.
Pautas para conseguir ser coherente en la adolescencia
Estas son algunos de los consejos que los adolescentes y los padres de éstos deberán conocer para conseguir ser coherente en la adolescencia y superar esta etapa con éxito:
1. Analizar si las actitudes y palabras no cambian radicalmente según el lugar y las personas con quien se esté. Hay que procurar siempre que, en todo lugar, se tenga la misma imagen y opinión de ti.
2. Pensar en lo que se exige a los demás y si cada uno y corresponde, al menos, en la misma proporción.
3. Ser cuidadoso para elegir amistades, lugares y eventos. Así, no será necesario esconderse, mentir y comportarse de forma contraria a los principio de cada uno.
4. Evitar las trampas o cumplir con las obligaciones a medias. Aunque sea lo más fácil y nadie se percate de ello por el momento.
5. Considerar la posibilidad de equivocarse. Es necesario considerar que algunas veces se puede estar equivocado, escuchar, reflexionar, informarse y corregir si es necesario.
6. No caer en discusiones y enfrentamientos por cosas sin importancia. Siempre hay que recordar, que si hay algo que defender o aclarar, no se debe perder la cordura, y será recomendable mantenerse sereno y comprensivo.
7. Divertirse y pasarlo bien. Vivir de acuerdo a tus principios no significa que hay que dejar de divertirte y pasarlo bien. Ambas cosas son perfectamente compatibles, pero tienes que saber dónde están los límites.
8. Respetar las opiniones. Nunca se debe tratar con desdén o con inferioridad a las personas que no coinciden con tus ideas. Hay que ser cordial con ellos y mostrar un trato amable.
9. Escuchar a los demás. Tampoco hay que cerrarse en banda. Ábrete a los demás y escúchales, no dejes de hablar con ellos por las diferencias que puede haber. Además, esas diferencias pueden ser muy enriquecedoras. Eso no quita que haya determinadas personas a las que sí es recomendable evitar, porque se mueven en ambientes que pueden llevarte a tener serios problemas.
10. Consultar libros especializados. Muchas veces, no sabemos cómo argumentar para defender nuestra postura aunque tengamos la certeza de estar en el camino correcto. Por eso, es necesario hacerse con alguno de los muchos libros sobre ética que podemos encontrar y que ayudan a dar forma a tus ideas y a saber expresarlas.
11. Seguir firme los principios. En ocasiones, pensaremos que ya nadie piensa según unos determinados valores y que estamos "pasados de moda". No hay que desanimarse por eso ni bajar el listón. No se trata de mimetizarse con los demás, sino de ser una persona íntegra sean cuales sean las circunstancias.
12. Pensar antes de hablar. En algunas ocasiones es importante no apasionarse ni responder con cualquier cosa, pensar lo que se va a decir. Un buen consejo: antes de poner la lengua en funcionamiento, es bueno asegurarse de que el cerebro está conectado. Y recordar: tenemos dos orejas y una boca, para escuchar el doble de los que hablamos.