consecuencias del Juraismo
Respuestas a la pregunta
En mi obra El judaísmo de Jesús (Buenos Aires, 2008) ya he probado en forma clara la vinculación
del rabino de Nazaret con la Torá de Israel. No tiene ningún sentido reiterar toda la investigación
que he realizado en aquella obra, donde expongo con total transparencia la relación de Jesús con el
judaísmo. Lo vuelvo a reiterar para dejarlo bien claro: Jesús, ni en su calidad de rabino, ni en su calidad
de profeta de Israel, ni en su posible calidad mesiánica, jamás se desvinculó de la observancia de la Torá y de
su adhesión completa al pueblo judío1
.
Como ya he explicado varias veces, hay cientos de fundamentos históricos y teológicos para afirmar sin lugar a dudas que Jesús de Nazaret jamás fundo ni pensó en crear el cristianismo. El cristianismo es el producto histórico de ciertas circunstancias del judaísmo del siglo I, y de un desarrollo
histórico que termino en el siglo II con la creación de esta nueva religión. No se le puede atribuir al
rabino Jesús de Nazaret ninguna intencionalidad de separar o de dividir el judaísmo.
Reitero, que cualquier idea contraria a lo que hemos expuesto es completamente antihistórica, y
pertenece al campo de las justificaciones teológicas que tienen como objetivo sostener la independencia religiosa del cristianismo.
Al desaparecer de la escena histórica Jesús de Nazaret lo que se había creado era una pequeña
comunidad judía mesiánica. No existía ninguna diferencia entre los judíos en general y los judíos que
se encontraban dentro de este pequeño grupo. En muchas congregaciones judías de la Diáspora ni
se había oído hablar de este grupo mesiánico completamente minúsculo. La relevancia de un rabino
muerto por el Imperio Romano era prácticamente nula dentro del mundo judío, Roma habitualmente
llevaba a la muerte a cientos de judíos a quienes se los martirizaba y crucificaba. Una crucifixión más
dentro del mundo judío era el símbolo de la opresión del Imperio Romano a una provincia rebelde
como era Judea