consecuencias de la guerra económicas
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Explicación:1. La guerra económica de Irak no comenzó en la madrugada del pasado jueves, sino hace muchos meses. La incertidumbre, que es la principal característica de la coyuntura, inhibe la inversión. Como consecuencia, se reduce el crecimiento, aumenta el paro, disminuyen los intercambios de bienes y servicios, las empresas pierden el apetito de ampliar sus mercados y cae la riqueza de los ciudadanos en los mercados bursátiles. En definitiva, se reduce el ritmo de la globalización. Si el conflicto es de corta duración y se genera un ambiente de euforia posguerrera, si se vuelve a la normalidad, costará muchos meses recuperar los índices macroeconómicos del pasado. La preguerra ha sido muy dolorosa para el mundo de la economía.
2. La Unión Europea (UE) ha celebrado su reunión de primavera el pasado fin de semana. De modo tradicional, la cumbre de finales de marzo del Consejo Europeo se dedicaba casi monográficamente a analizar los avances económicos. En esta ocasión, además de testificar la amplitud de la división europea en materia de política exterior y de seguridad, los jefes de Estado y de Gobierno han sido testigos de la escisión europea en dos clanes en lo que se refiere a la política fiscal. La interpretación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento ha roto también a la eurozona en dos partes: los ortodoxos, pase lo que pase en la coyuntura, y los partidarios de una mayor flexibilidad y de una política fiscal anticíclica. En unos momentos en que las perspectivas de crecimiento económico de la zona no superan el 1% de incremento medio del PIB, la política presupuestaria debe acompañar a la monetaria.
3. Como ni Europa ni Japón han tomado el relevo de EE UU como locomotora económica mundial, las miradas vuelven sobre la economía americana. Ésta continúa confusa, sin que todavía se sepa cuál es su vector dominante. Lo que más sorprendió la pasada semana, cuando se reunió la Reserva Federal (Fed), no fue que no tocase el precio del dinero -esa reunión coincidió con el ultimátum de 48 horas dado por Bush a Sadam Husein-, sino que su presidente, Alan Greenspan, declinara dar su opinión sobre el estado de la economía por las "inusuales e importantes incertidumbres"