conociendo consejos para resolver un conflicto
Respuestas a la pregunta
Los momentos de conflicto o de diferencias entre personas son intrínsecos de la experiencia humana, pero pueden llegar a ser un escenario de crecimiento personal dependiendo de cómo sean manejados.
La resolución de conflictos es una habilidad blanda que ayuda a mantener un buen relacionamiento con los que se convive e interactúa en escenarios laborales, familiares y cotidianos. Según la Fundación en Movimiento, tener esta habilidad además puede mejorar la salud física, ya que se reducen las situaciones de estrés e incluso se evitan altercados físicos.
Un estudio realizado por el Research Journal of Business and Management dice que el mindfulness y el auto entendimiento juegan una parte importante a la hora de construir procesos de resolución de conflictos. Es decir que aquellas personas que tienen una mayor conciencia de sus sentimientos y de sí mismos son mejores a la hora de afrontar situaciones en las que sus opiniones difieren de las de otras personas.
¿Cómo podemos solucionarlos?
- Definir el problema: buscar el origen o las causas que dan lugar a la situación que se están viviendo, intentando responder a las siguientes preguntas ¿Qué va mal? ¿Qué ocurre?
- Analizar las causas: tener presente el porqué del conflicto, todo lo que ocurre tiene una o varias causas, saber analizarlas ayudará a resolver la situación.
- Definir objetivos para actuar: antes de emprender cualquier acción se debe tener claro lo que se quiere conseguir en esa situación o conflicto. ¿Queremos solucionarlo?
- Generar alternativas: se deben buscar diferentes formas de resolución del conflicto y pensar qué se puede hacer desde un punto de vista positivo. Aunque en el momento nos parezca imposible, cada situación de conflicto tiene multitud de soluciones posibles, hay que pensar en todas ellas, desde la más irracional a la más racional.
- Elegir las alternativas apropiadas: siempre que se tomen decisiones se ha de preguntar qué se debe hacer y cuál es la forma más adecuada de actuar. La clave para ello es poder prever las posibles consecuencias que puede tener cada alternativa que se nos ha ocurrido, así podremos valorar cuál es la más adecuada. Pensar antes de actuar.
- Poner en práctica la solución elegida: una vez que se tiene claro de qué manera se puede solucionar hay que llevarlo a la práctica eligiendo la manera más adecuada.
- Evaluar los resultados: las consecuencias de las acciones llevadas a cabo dirán si la resolución del conflicto ha sido positiva o no.
Cuando los conflictos se produzcan entre personas es decir, sean interpersonales, tenemos también técnicas de resolución pacífica que se puedan aplicar: negociación, conciliación, arbitraje y mediación. A cada una de ellas le dedicaremos un espacio propio.