conflictos regionales durante las dictaduras en América latina
Respuestas a la pregunta
Respuesta:El último golpe de Estado sucedido en Argentina, el 24 de marzo de 1976, tuvo lugar en un contexto internacional caracterizado por varios procesos que, junto a otros de orden interno, permitieron la aplicación de una violencia de Estado sin precedentes para modificar el modelo económico y la estructura social vigentes. Asimismo, tales acontecimientos hicieron de América Latina un territorio propicio para la aplicación del Plan Cóndor, que consistió en la coordinación de acciones conjuntas entre las dictaduras latinoamericanas para la erradicación de las ideologías comunistas y afines, opuestas al neoliberalismo que trataba de implementarse a escala global, y que pasaron a ser consideradas como “subversivas”. De esta manera, los cambios que los países latinoamericanos han experimentado en el último medio siglo, resultan estrechamente vinculados al proceso de militarización que tuvo lugar en el continente especialmente durante las décadas de los ‘60 y ‘70, teniendo como una de sus consecuencias centrales el desmantelamiento del Estado como articulador de la vida pública y generador del desarrollo económico.
Todo análisis del ámbito internacional debe comenzar por referirse a la Guerra Fría, que consistió en la disputa entre dos bloques: el capitalista, liderado por Estados Unidos y Europa Occidental; y el comunista, con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) a la cabeza. A mediados de la década de los ’70 se asistió a la etapa denominada como “détente”, en donde las dos superpotencias, con crecientes arsenales nucleares y problemas internos, optaron por distender la confrontación. Washington se encontraba en dificultades, ya que acababa de salir de Vietnam, con el consiguiente desgaste generado por una década de intervención directa, a lo que se le sumó la propagación de guerrillas por el “Tercer Mundo”, la crisis económica por la aparición de nuevos competidores y la primera crisis del petróleo. Moscú por su parte evidenciaba una desaceleración de su economía y dificultades crecientes en mantener la competitividad en varios sectores tecnológicos, mientras proveía ayuda militar a movimientos revolucionarios, lo que se condensó en la firma de acuerdos económicos con países que no formaban parte de su bloque.
Por otra parte, en el plano económico, se produjo en aquellos años la caída de los acuerdos de Bretton Woods y el sistema monetario internacional, mediante el final de la convertibilidad del dólar en oro en 1971, pasando a emitirse dólares desde entonces sin respaldo para sostener el consumo norteamericano y a eliminarse de la garantía de estabilidad del valor del dinero de crédito estatal en 1976. Estas medidas junto a la primera crisis del petróleo, en 1973, provocaron una crisis económica que promovió en aquellos años la inestabilidad política y social, acelerando el final del Estado de Bienestar, que con diversas variaciones, existía en los países de la región.
Se debe tener presente que en América Latina, en donde se vivieron años de vulnerabilidad externa, desaceleración del crecimiento, limites de los procesos de industrialización por sustitución de importaciones (conocidos como ISI) y políticas monetarias y fiscales nocivas, el Estado de Bienestar había jugado un importante rol como tomador central de decisiones en materia política, social y económica, y como agente cohesionador de la comunidad. Sin embargo, las teorías desarrollistas que habían amparado las políticas propulsadas desde estos estados comenzaron a perder terreno frente a las ideas ortodoxas y monetaristas que avanzaban con ímpetus renovados a escala mundial, y especialmente en la región, luego de varias décadas de desarrollismo.
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