Castellano, pregunta formulada por mina1800, hace 1 mes

Confecciona un mito, elige un animal e inventa su origen mitológico. (Necesito vuestra ayuda, os agradecería de todo corazón que me echarais una mano, no tengo nada de imaginación)​

Respuestas a la pregunta

Contestado por johanvf2217
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Respuesta:

Mito del pueblo ashanti del África Occidental

Al principio de los tiempos, el mundo no tenía historias, pues Nyankonpon, el dios de los cielos, las poseía todas. Entonces, la araña Anansi fue a ver al dios de los cielos para intentar traer al mundo las historias que lo habían hecho famoso. El dios la miró indiferente y dijo:

—¿Qué te hace pensar que te vaya a dar mis historias? Son muchos los poderosos y pueblos ricos los que lo han intentado y ninguno lo ha conseguido.

—¿Cuál es el precio? —preguntó Anansi.

—Si quieres mis historias, deberás traerme a Onini, la pitón; a Osebo, el leopardo; a Mmoboro, el avispón; y a Mmoatia, el espíritu.

Nyankonpon pensaba que estas criaturas eran imposibles de atrapar. Sin embargo, Anansi no se desanimó y simplemente respondió:

—¡Te los traeré a todos y, también, a mi madre Nsia! Una vez más,  el dios de los cielos rio y dijo:

—Oye, Anansi, ¿de qué forma un ser tan viejo, débil y pequeño como tú podría pagar un precio tan alto?

Anansi no respondió; simplemente, bajó por su telaraña de plata, que se extendía desde el cielo hasta la Tierra, y se dispuso a llevar lo que el dios le exigió.

Anansi volvió a su casa y le pidió ayuda a su esposa Aso.

—¿Cómo podré atrapar a la pitón, al leopardo, al avispón y al espíritu? —le preguntó.

Juntos idearon el plan que iban a seguir. Así, Anansi y Aso fueron a la orilla del río, cortaron un bejuco y una hoja de un cocotero que tiraron al piso y comenzaron a discutir sobre si aquella hoja sería más larga que Onini.

—¡Es más larga que Onini! —gritó Aso.

—Te equivocas —replicó Anansi—. Onini es más larga.

La pitón, que los estaba escuchando, no pudo resistir la curiosidad y decidió medirse con la hoja, pues estaba convencida de que ella era más larga. Apenas se extendió sobre la hoja, Anansi la amarró desde la cabeza hasta la cola con el bejuco.

Para atrapar a Mmoboro, el avispón, Aso le dijo lo que tenía qué hacer: Anansi vació una calabaza, la llenó de agua y la llevó debajo del enjambre. Luego, derramó la mitad del agua sobre una hoja de plátano que mantenía sobre su cabeza y la otra mitad la salpicó sobre el panal. En ese momento, gritó:

—Avispones, ¡está lloviendo! Yo me cubro con esta hoja de plátano, pero ustedes no tienen protección. ¿Por qué no se meten en esta calabaza para guarecerse?Los avispones volaron al interior de la calabaza. Entonces, Anansi utilizó la hoja de plátano para tapar la abertura, atrapándolos allí adentro.

Ahora necesitaba apresar a Osebo, el leopardo. Aso le recomendó cavar un hoyo en el suelo y esperar a que el leopardo cayera dentro. Situó el hoyo entre el arroyo y la guarida de Osebo y, luego, lo cubrió con hojas. A la mañana siguiente, el leopardo se encontraba atrapado e indefenso. Una vez que cayó en la trampa, Anansi se ofreció a sacarlo con su telaraña. Cuando el leopardo finalmente logró salir del hoyo, estaba enredado en la telaraña de Anansi, sin poder escapar.

Tan solo quedaba atrapar a Mmoatia, el espíritu. Aso y Anansi tallaron una muñeca y la recubrieron con la goma pegajosa de un árbol. Cuando estuvo terminada, la dejaron debajo del árbol donde solían ir los espíritus a jugar, junto con un cuenco de bronce que contenía un apetitoso  puré de ñame. Cuando el espíritu Mmoatia llegó, vio a la muñeca y preguntó:

—¿Puedo comer un poco de ñame?

Pero la muñeca no contestó. Airado, el espíritu le dio una bofetada en la mejilla, y la mano se le quedó pegada. Lo intentó con la otra mano, pero el resultado fue el mismo. El espíritu se había quedado pegado a la muñeca.

Entones Anansi acudió de nuevo junto al dios del cielo, llevando consigo a Onini, la pitón; Osebo, el leopardo; Mmoboro, el avispón; Mmoatia, el espíritu; y Nsia, su anciana madre. El dios, sorprendido, llamó a todos los otros dioses y exclamó:

—¡Miren! Grandes reyes han venido en busca de mis historias pero ninguno ha sido capaz de pagar su precio. Sin embargo, Anansi lo ha logrado y, además, ha traído a su anciana madre. Así que desde hoy y para siempre, le entrego mis historias a Anansi, la araña, y a partir de ahora, se conocerán como las Historias de la araña.

espero que te ayude.


mina1800: Muchísimas gracias, es precioso !
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