Conclusiones o reflexiones sobre la Carta de la Tierra.
Carta de la Tierra está concebida como una declaración de principios éticos fundamentales y como una guía práctica de significado duradero, ampliamente compartida por todos los pueblos. De forma similar a la Declaración Universal de las Naciones Unidas, la Carta será utilizada como un código universal de conducta para guiar a los pueblos y naciones hacia el desarrollo sostenible. Es un llamado a la acción que añade nuevas y significativas dimensiones a lo que ha sido expresado en acuerdos y declaraciones previas sobre medio ambiente y desarrollo. La transición hacia el desarrollo sostenible requiere cambios básicos tanto en las actitudes, como en los valores y el comportamiento de los pueblos, para lograr la equidad y la seguridad en los ámbitos social, económico y ecológico, en un contexto de recursos limitados. El proceso de la Carta de la Tierra reconoce la necesidad de estos cambios y de integrar las dimensiones ética, social, científica y económica a un marco de trabajo de valores operativos sostenibles para el Siglo XXI. A través del apoyo a esta transición hacia la sostenibilidad, se contribuye también a restaurar y proteger la Tierra, como un hogar seguro para la humanidad y toda la comunidad viviente. El papel y la relevancia de la Carta de la Tierra se comprenden de una mejor manera en el contexto de los continuos esfuerzos de las naciones y las organizaciones de la sociedad civil para identificar los principios fundamentales esenciales para alcanzar la seguridad mundial. Cuando se estableció la Organización de las Naciones Unidas, en 1945, su agenda, con relación a la seguridad mundial, hacía énfasis en la paz, los derechos humanos y el desarrollo socio-económico; en ese momento, no se hacía mención alguna del medio ambiente como preocupación común de la humanidad. La seguridad ecológica, entonces, surgió como cuarta preocupación esencial hasta la Conferencia de Estocolmo sobre el Entorno Humano en 1972.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La Tierra es una pero el mundo no lo es. Todos dependemos de una sola biosfera para el sustento de nuestras vidas. Sin embargo cada comunidad, cada país, lucha por su supervivencia y prosperidad con poco interés por el impacto que cause a los demás. Algunos utilizan los recursos de la Tierra a un ritmo tal que dejarían poco para las futuras generaciones. Otros, en proporción aún mayor, consumen demasiado poco, y viven con un panorama de hambre, miseria, enfermedad y muerte prematura". Pedimos prestado (tomamos) capital ambiental a las futuras generaciones sin intención ni posibilidad de reintegrárselo. Actuamos así porque sabemos que no seremos sancionados: las futuras generaciones no votan, no tienen poder político ni financiero.