Conclusiones de los imperios y sus emperadores
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LUSIONES FINALES
Quien aborde la figura del obispo bético nunca debe olvidar: que Gregorio de Elbira es un
«re-descubrimiento» relativamente reciente de la crítica moderna. Que la fijación de su patrimonio literario se hizo en el siglo XX. Que todavía desconocemos muchas detalles de su
biografía y que no estamos seguros de conocer la totalidad de su producción. Todo esto hace
que el tema sea mucho más importante de lo que a primera vista pudiera parecer.
Durante mucho tiempo se ha pensando en san Gregorio y en su obra como algo únicamente
importante para la historia del dogma, la Iglesia de la Península Ibérica o algunas incidencias
hispánicas de la crisis arriana que conmocionó el Imperio. Esto ya no puede mantenerse
únicamente así.
El hecho de que Gregorio de Elbira haya sido un Padre de la Iglesia ha supuesto una gran
cantidad de estudios centrados en sus aspectos doctrinales y teológicos que si no nos han
distorsionado su imagen, han contribuido al menos a cierta marginación desde el campo de los
estudios históricos que pudiéramos llamar civiles o meramente culturales. Se impone un cambio
de actitud hacia la obra gregoriana.
Cambio de actitud, porque: el estudio de la obra y la época del obispo bético nos ha
proporcionado una imagen, que por desgracia no puede ser exhaustiva, pero sí sugerente y que
permite plantear problemas referentes a la ideología que anima a la sociedad hispánica de la
segunda mitad del siglo IV y su conexión con el resto del Imperio Romano y sus problemas.
A lo largo del trabajo que hemos realizado observamos, cómo tiene lugar un proceso
creador de cosmoviones, que se formulan en la Bética romana, región conectada al resto del
Bajo Imperio y que conoció el fortalecimiento de la Iglesia con el auge del episcopado y su
asimilación al poder estatal al tiempo que se consumaba, lentamente, la descomposición interna
del poder civil, frente al cual es la institución eclesiástica la que se alza como alternativa, que
nace del Imperio, y a costa de él.
Gregorio de Elbira es un exponente de esta situación nueva, de este momento histórico
nuevo, y su obra representa la materialización de la ideología naciente que mira en dos direcciones claras y complementarias: hacia el interior del hombre, y hacia la trascendencia inspirada
por Dios. Y esto es lo que nos dice que nos encontramos en una nueva época histórica