concepto de rusia y Francia en la revolución
Respuestas a la pregunta
Explicación:
un escritor su manuscrito. No obstante, el ingreso de las ideas, de la ciencia,
de la técnica y de la erudición universitaria provenientes de Europa no se
interrumpió a pesar de estos obstáculos impuestos a viva fuerza ; este proceso
se vio favorecido por la propia actitud del Estado ruso, el cual más que nunca
pretendía convertirse en el Aufklarer y en el Kulturtrager de Rusia.
En efecto, el Estado ruso no pensaba que tuviera que recibir lecciones
de Francia en lo relativo a incorporar al país en el mundo moderno. El mo-
delo petroviano aún estaba en plena vigencia, y si Napoleón podía despertar
algún interés era en su calidad de déspota ilustrado, proveedor de innovacio-
nes administrativas adaptables al medio ruso según los métodos petersburgue-
ses ya probados. Desde la perspectiva rusa, Luis XVI se encaminó hacia su
perdición al echar pie atrás ante la necesidad de implantar reformas que la
burocracia rusa ya había estado aplicando osadamente por espacio de un
siglo. En consecuencia, Nicolás I continúa aprovechando el impulso del "Es-
tado bien gobernado", pero con menos regularidad y suavidad, en el fondo,
que Pedro; de este modo se propone él inutilizar la revolución, desarticulán-
dola de antemano.
Por esa razón crea una red de enseñanza secundaria y superior que hasta
entonces sólo existía en el papel. El liceo napoleónico y la universidad ale-
mana son imitados con esmero y le proporcionan a los niños y al clero, respectivamente, una nobleza y una educación al estilo europeo de excelente
nivel. Con Pushkin surge una literatura nutrida, en gran parte, por Voltaire,
Rousseau, Walter Scott y Lord Byron. El objetivo es dotar a la administra-
ción de funcionarios competentes, y al país de una civilización a la altura de
su poderío.
Sin embargo, el principal recurso para conjurar el espíritu revolucio-
nario consiste en estabilizar el ejercicio del gobierno y de la vida social, ci-
mentándolo en el derecho. Una vez más, en este aspecto Nicolás se sitúa
en la línea de la gran Catalina, quien también deseaba tranquilizar a su pue-
blo y protegerlo contra la arbitrariedad y el capricho. El solo hecho de que
se eleve en algún grado el nivel cultural de la administración, y de que la red
administrativa adquiera consistencia, contribuye a suavizar las costumbres.
La medida esencial fue la organización de la justicia, a la cual estaba ligado
el nombre de Speranski. Se abandonó la idea de crear un código, pero la
clasificación sistemática de las leyes en el Svod, compuesto de quince volú-
menes, permitió introducir conceptos jurídicos adaptados del modelo pru-
siano y del francés. En lo sucesivo, la administración y las cortes de justicia
dispondrían de un marco estable y sólido que respondía a una idea general
de legalidad, de permanencia y de derecho. Las confiscaciones, tan fre-
cuentes en el siglo XVIII, se tornaron excepcionales. La noción de contrato
se precisó, de modo que la economía moderna llegó a ser jurídicamente
factible.
Nicolás puede pensar que controla el fenómeno revolucionario por
todos los extremos. No es conservador, ya que impulsa vigorosamente el
sistema petroviano, que ha sido y sigue siendo, en el contexto ruso, un
modelo revolucionario, o, en todo caso, modernizador. Tampoco es tiránico,
como lo eran Pedro el Grande y Napoleón, pues le otorga a las clases sociales
no sometidas mayor seguridad y más garantías de las que jamás han gozado.