concepto de la ruralización en el imperio romano en la crisis económica y social del siglo iii.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Crisis del siglo III
Aspectos sociales
Para el siglo III, la gran extensión del Imperio había vuelto muy lentas y difíciles las comunicaciones: a pesar de la excelente estructura de vías de comunicación, las calzadas romanas, y del sistema de postas, los mensajeros imperiales solo podían aspirar a hacer trayectos como Roma-Antioquía o Roma-Londres en más de una semana. Estos medios no garantizaban la lealtad de los ejércitos fronterizos: los ejércitos de las provincias fronterizas incorporaban gente del lugar y se establecían fuertes vínculos de lealtad entre las tropas y sus comandantes, quienes, contando con esa fuente de poder, podían aspirar a ser emperadores del Imperio si se presentaba la ocasión.
Tras un caótico período de conjuras y crisis institucional que socavó las más básicas instituciones del Imperio, como el Senado o la magistratura, el asesinato de Alejandro Severo por sus tropas en el año 235 marcó el inicio de una etapa de crisis: tanto en Italia como en las provincias irán surgiendo poderes efímeros sin fundamento legal, mientras que la vida económica se vería marcada por la incertidumbre de la producción, la creciente dificultad de los transportes, la quiebra del sistema monetario, etc.
Aspectos económicos
La situación económica del Imperio a finales del siglo III era crítica. Las invasiones y los abusos de los grandes terratenientes, libres de cualquier gobierno capaz de refrenarlos, produjo un abandono de los campos por parte de los campesinos en busca de ocupaciones más prometedoras como el bandolerismo, lo cual se tradujo a su vez en una creciente inseguridad del medio interurbano, desfavoreciendo el comercio terrestre.
Así mismo, se produjo un debilitamiento del sistema monetario. El funcionamiento de la acuñación antigua estaba basado en que el valor de la moneda era el del metal que contenía, pero en tiempos de crisis, se solía rebajar la calidad de la moneda con la adición de un metal inferior, sin reducir su valor nominal. En tiempos de Nerón, se emitieron denarios de plata con una pureza del 90 %. Marco Aurelio emitió moneda de plata con un 75 % de metal noble y Septimio Severo con un 50 %, todo ello para sufragar los crecientes gastos militares.
En el siglo III el Imperio había cesado su expansión y el estado ya no pudo contar con las riquezas obtenidas por las conquistas militares. Por eso, produjo una reducción alarmante del abastecimiento de metales preciosos, combinada con unos altísimos gastos gubernamentales. Estos aspectos, obligaron a los emperadores a emitir monedas de plata de valor bajo para satisfacer sus necesidades. El pueblo reconoció que las monedas estaban fuertemente sobrevaloradas con respecto a su contenido en metal. El valor de la moneda cayó mientras que los precios subían fruto de la inflación producida por el incremento del efectivo puesto en circulación, el resultado fue una espiral inflacionaria con monedas fuertemente devaluadas que provocaron precios todavía más altos. Además, Roma compraba artículos de lujo al oriente y sólo vendía granos y otros alimentos, así el Imperio occidental tuvo una balanza comercial negativa.
Explicación:
Respuesta:
La crisis del siglo III, también conocida como anarquía del siglo III, anarquía militar o crisis imperial, hace referencia a un período histórico del Imperio romano, de cincuenta años de duración, comprendido entre la muerte del emperador Alejandro Severo, en el año 235, y el ascenso de Diocleciano al trono del Imperio, en el año 284. Este fue un período de profunda crisis, durante el cual se produjeron fuertes presiones de los pueblos exteriores al Imperio y una fuerte crisis política, económica y social en el interior del Imperio. Tanto en Italia como en las provincias surgieron poderes efímeros sin fundamento legal, mientras que la vida económica se vio marcada por la incertidumbre de la producción, la dificultad de los transportes y la ruina de la moneda, entre otras.
De este período se han diferenciado dos subperíodos:
Anarquía militar (235-268), en la que se produjo una ausencia casi constante de una autoridad regular central duradera y durante la cual los soldados de los ejércitos fronterizos, de los limes imperiales, designaron y eliminaron emperadores a su voluntad. El descontrol fue tal que varias provincias de occidente y oriente se escindieron para formar el Imperio galo y el Imperio de Palmira respectivamente, en un intento de hacer frente con sus propios medios a los peligros exteriores que amenazaban el Imperio.
Emperadores ilirios (268-284). Tras los años anteriores de anarquía militar, en que la seguridad y la unidad del imperio se había visto gravemente comprometida, diferentes emperadores de origen ilírico y danubiano lograron reunificar el Imperio y sentar las bases para restablecer la situación.
Con el nombramiento de Diocleciano y el establecimiento primero de la Diarquía y después de la Tetrarquía, se dio por superada la crisis del siglo III.
Índice
1 Historia
2 Impacto económico
3 Impacto social
4 Véase también
5 Bibliografía