Concepción del hombre según Condercet
Respuestas a la pregunta
El hombre nace con la facultad de recibir sensaciones, de percibir y de distinguir en las que recibe, las sensaciones simples de que están compuestas, de retenerlas, de reconocerlas, de combinarlas, de conservarlas o de evocarlas en su memoria, asociando entre sí estas combinaciones, de apoderarse de lo que tienen de común y de lo que los distingue, de atribuir signos a todos estos objetos, para reconocerlos mejor y facilitar nuevas combinaciones con ellos.
Esta facultad se desenvuelve en él por la acción de las cosas exteriores, es decir, por la presencia de ciertas sensaciones compuestas, cuya constancia, sea en la identidad de su conjunto, sea en las leyes de su cambio, es independiente de él. La ejercita igualmente por la comunicación con sus semejantes; en fin: por medios artificiales, que, después del primer desenvolvimiento de esta misma facultad, han llegado los hombres a inventar.
Las sensaciones van acompañadas de placer y de dolor, y el hombre tiene del mismo modo la facultad de transformar estas impresiones momentáneas en sentimientos durables, dulces o penosos; de experimentar estos sentimientos a la vista o al recuerdo de los placeres o los dolores de los otros seres sensibles. En fin; de esta facultad, unida a la de formar y combinar ideas, nacen entre él y sus semejantes relaciones de interés y de deber, a las cuales la naturaleza misma ha querido atribuir la parte más preciosa de nuestra felicidad y los más dolorosos de nuestros males.