con mis propias palabras
Gulliman, furioso, pegó un fuerte puñetazo sobre una mesa, y preguntó con desesperación: - Pero... ¿Por qué...? ¿Por qué? ¡!... ¿Por qué? ¿Qué le ocurre a Multivac? ¿No puede solucionarse? - No lo creo – replicó Othman con tranquila desesperanza-. Nunca he pensado en ello antes de ahora..., ni nunca sucedió esto..., pero me parece que hemos llegado al final del camino, porque Multivac es algo demasiado bueno, Multivac se ha desarrollado en forma tan compleja que sus reacciones ya no son las de una máquina, sino más bien las de un ser viviente. - Usted está loco..., pero aun así... ¿Qué? - Durante algo más de cincuenta años hemos estado cargando con todos los problemas de la humanidad sobre Multivac. Le hemos pedido que cuide de nosotros, en conjunto e individualmente; le hemos pedido que guarde todos nuestros secretos, que absorba nuestro mal y nos guarde de él. Cada uno de nosotros le lleva sus problemas que, en forma de granitos de arena, van aumentando su carga. Ahora vamos a cargar también sobre Multivac las enfermedades de la humanidad. Othman se detuvo un momento, y luego añadió: - Señor Gulliman, Multivac soporta todas las dificultades del mundo sobre sus hombros y está cansado. - Esto es una locura... una solemne locura – murmuró Gulliman. - Entonces permítame demostrarle algo. Permítame que someta a prueba mi aseveración. ¿Me da usted permiso para usar el circuito de Multivac aquí... de su despacho? - ¿Para qué? - Para hacer a Multivac una pregunta que jamás nadie le ha hecho antes. - ¿Le hará usted daño? – preguntó Gulliman alarmado. - No. Pero nos dirá lo que deseamos saber. El presidente dudó un momento. Luego dijo: - Adelante Othman usó el instrumento que descansaba sobre la mesa de Gulliman. Sus dedos se movieron sobre la máquina perforando una tarjeta con la pregunta: Multivac, ¿qué es lo que deseas más que nada en el mundo? El intervalo de tiempo que transcurrió entre la pregunta y la respuesta pareció alargarse in tolerablemente, pero ni Gulliman ni Othman se atrevieron a respirar. Hubo un suave rumor metálico y la máquina expulsó una tarjeta. Era pequeña. Y sobre ella, con letra muy clara, aparecía la respuesta: <>
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PARECE EN ESTADOS UNIDOS XD
jamonconquezo77:
chistin
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