Arte, pregunta formulada por kitsuby, hace 4 meses

Con destino a la luna de Irving Pichel, me pueden dar un resumen
ayuda por favor

Respuestas a la pregunta

Contestado por Williamsvaler
1

El año 1950 fue especialmente bueno para la ciencia-ficción literaria. Además de obras de Robert A. Heinlein, se publicaron trabajos de Isaac Asimov, Cordwainer Smith, C.M. Kornbluth, Damon Knight, Poul Anderson, E.E. Doc Smith y Theodore Sturgeon. El ámbito cinematográfico, sin embargo, ofrecía menos motivos para el entusiasmo. Tras un esperanzador arranque en los años veinte, las décadas de los treinta y cuarenta tuvieron sólo incursiones aisladas y poco exitosas en el género, viéndose éste relegado a los seriales de Flash Gordon (1936) o Buck Rogers (1939), cuya calidad era acorde a su apretado presupuesto. Las cosas cambiaron precisamente este año 1950 y fue gracias a la película que ahora comentamos: Con destino a la Luna.

Tres factores favorecieron que el género estuviera maduro para ser reinventado. En primer lugar, el armamento nuclear utilizado en la Segunda Guerra Mundial había demostrado de la manera más dramática posible tanto el potencial como los peligros de la ciencia y la tecnología; la promesa de energía barata necesaria para dotar de todo tipo de comodidades a los hogares del futuro se ensombrecía por el espectro del champiñón atómico que invadía las mentes del público y daba alas a la más negra imaginación de escritores y guionistas. En segundo lugar, los Estados Unidos y la Unión Soviética se enzarzaron en la larga Guerra Fría, despertando en Occidente una paranoia que agrió las expectativas de un brillante futuro. Y, por último, en los años cuarenta, mientras los films de ciencia-ficción se quedaban estancados en propuestas sin contenido, la literatura había experimentado su Edad de Oro. George Pal es recordado por sus películas pioneras de los efectos especiales, como Cuando los mundos chocan (1951), La Guerra de los Mundos (1953) o La Máquina del Tiempo (1960), pero los años no han sido amables con Con destino a la Luna.Toda esta novedosa visión del espacio, sin embargo, no tardó en verse ahogada por las ansiedades y paranoias de la Guerra Fría y la Era Atómica. En lugar de desarrollar el espíritu de aventura, las películas de ciencia-ficción se concentraron en la figura del enemigo –ya fuera interior o exterior–, la pesadilla del holocausto nuclear y los efectos de la radiactividad. Los pocos guiones que planteaban viajes al espacio durante los cincuenta encontraron que el universo no era más que un reflejo de nuestro mundo, un mundo en el que, nos recuerdan una y otra vez en multitud de producciones, la raza humana conserva una deprimente capacidad de autodestrucción. Ese cambio lo experimentó el propio George Pal en su secuela de Con destino a la Luna, La Conquista del Espacio (1955), donde el osado optimismo de la primera es sustuido por el miedo y el temor al gran vacío.

Otras preguntas