comunicación entre las células cancerosas y células normales
Respuestas a la pregunta
La comunicacion entre células cancerígenas y células normales favorece al cáncer
Con ayuda de tecnologías genéticas y electrónicas, así como la de otras herramientas potentes, los investigadores del centro oncológico MCC (Moores Cancer Center) en la Universidad de California en San Diego, han demostrado claramente que la conversación de dos vías es esencial para que las células metastásicas formen nuevos tumores en órganos distantes, distinguiendo asimismo los mensajes generados por las células metastásicas de los producidos por las células vecinas no cancerosas.
"Sabemos ahora que las células metastásicas no actúan aisladamente. Deben encontrar el vecindario correcto, de modo que las células que las rodean hablen su lenguaje y puedan proveer el soporte necesario para que puedan sobrevivir y formar tumores secundarios", explica David Tarin, principal investigador en el estudio, profesor de patología y miembro del MCC.
Este descubrimiento puede cambiar la forma en la que los científicos atacan al cáncer, dirigiéndose contra este sistema de soporte proporcionado por las células del anfitrión, en vez de efectuar un ataque directo contra las células cancerosas.
Las células tumorales son genéticamente inestables (o altamente variables en su carga genética, por decirlo en otras palabras). Por eso, sólo algunas de ellas son susceptibles a la quimioterapia. Las células supervivientes se multiplican entonces más rápidamente porque no compiten con otras células tumorales por oxígeno y nutrientes. Por otra parte, las células del anfitrión son genéticamente más estables, o menos variables en su carga genética, y por consiguiente más vulnerables a un ataque.
El hecho de que las células tumorales no crecen en lugares donde la comunicación entre ellas y las del órgano anfitrión no es favorable, sugiere que tienen un "talón de Aquiles". Puede parecer descabellado atacar a las células normales para controlar la propagación de un cáncer, pero estos descubrimientos sugieren que ésta puede ser una estrategia efectiva. Si se logra desarrollar una terapia dirigida contra el sistema de soporte que el anfitrión provee a las células metastásicas, éstas dejarían de crecer.