comparación de consecuencias de la peste negra y el covid-19
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El segundo paralelismo con la pandemia actual de coronavirus es la forma en que se propagó: a través de las rutas comerciales. La única diferencia es que hoy viajamos más rápido, y en menos de tres meses el coronavirus pasó de Wuhan, China, a Montevideo
Alain Mizrahi – Semanario Hebreo Jai – TodoElCampo – Hace días que vengo leyendo que el mundo no será el mismo después de la pandemia de coronavirus, por las consecuencias económicas y en los hábitos de trabajo y de consumo que tendrá. Una de ellas, y no de las menores, es que muchas empresas entenderán de una vez por todas que el teletrabajo es una forma posible, viable y hasta deseable de relación laboral con sus funcionarios. Otra será probablemente una explosión del e-commerce. Otra, quizás, un “regreso” al consumo de alimentos hechos en casa. ¿Quién sabe?
Buscando antecedentes en la Historia, convencido de que todo se repite a lo largo de los siglos solo cambiando de forma y de protagonistas, me detuve en un episodio siniestro de la Edad Media: la epidemia de peste bubónica que asoló Europa entre 1348 y 1352. Según diferentes fuentes, esa epidemia habría matado no menos de 25 millones de personas, o sea entre un tercio y la mitad de toda la población de Europa. ¡Ni Hitler y Stalin juntos lograron eso!
La peste no era una enfermedad nueva, habían ocurrido numerosos brotes a lo largo de los siglos. Pero la epidemia del siglo XIV arrasó literalmente con toda Europa. Curiosamente – y no es la única coincidencia – se inició en China, y fue trasladada por los mongoles a través de Asia Central hasta el Mar Negro.
Abro un paréntesis para explicar qué es la peste. Es una enfermedad infectocontagiosa provocada por una bacteria, la yersinia pestis, que transmiten las ratas a través de las pulgas. En pocos días, y a veces hasta en pocas horas, aparecen los síntomas: fiebre, vómitos, diarreas, dolores de cabeza tremendos, inflamaciones negras en las ingles y las axilas que se rompen y segregan un líquido con un olor infernal. A falta de antibióticos hace 700 años, más de la mitad de los infectados moría en menos de una semana.
El segundo paralelismo con la pandemia actual de coronavirus es la forma en que se propagó: a través de las rutas comerciales. La única diferencia es que hoy viajamos más rápido, y en menos de tres meses el coronavirus pasó de Wuhan, China, a Montevideo, Uruguay, via Milán y Madrid. En el siglo XIV demoró tres años en llegar desde Crimea hasta Escandinavia. Viajaba en veleros y en carretas y no en Airbus A340.
Los genoveses, grandes comerciantes, tenían una especie de “consulado” en la península de Crimea llamado Caffa (hoy Feodosia); en los tiempos actuales sería algo así como una filial o un “hub”, o una gran zona franca desde donde compraban y vendían mercadería entre Oriente y Occidente. Pero los mongoles sitiaron Caffa con el apoyo de los venecianos – grandes rivales de los genoveses – y la peste estaba haciendo estragos entre sus soldados al punto que estaban por abandonar el sitio. Tuvieron entonces la genial idea de empezar a tirar con catapultas los cadáveres de los muertos por peste por encima de las murallas de Caffa. Los cadáveres en sí eran inofensivos… pero no lo eran las pulgas que venían entre sus ropas, que rápidamente comenzaron a infectar a los genoveses. Sería la primera guerra bacteriológica de la Historia.
Los genoveses de Caffa comenzaron a huir por el mar Negro, llevándose la plaga en sus barcos con sus ratas y sus pulgas… y la desparramaron por los puertos del Mediterráneo: Constantinopla (Istambul), Messina, Nápoles, Génova, Marsella, Barcelona, y de ahí por las rutas comerciales hacia Europa Central, las islas Británicas y Europa del Norte.