compara la democracia de nuestro país y la democracia de estados unidos y realiza un escrito sobre este
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Los Estados Unidos se autoproclaman un pueblo pacífico, destinado por la providencia a expandir el ideal de la libertad y la democracia por el planeta. Su relato se complementó más adelante con doctrina Monroe de 1821, cuyo eslogan "América para los americanos" fue la excusa para imponer su voluntad a los nacientes Estados de América latina. Doctrina Monroe y "destino manifiesto" han tenido diferentes interpretaciones y actualizaciones, según gobiernen demócratas o republicanos. Desde la política del garrote y la zanahoria, pasando por la del "buen vecino", el panamericanismo y la Alianza para el Progreso hasta las políticas militares y geoestratégicas. Guerras de baja intensidad, lucha contra el narcotráfico, el terrorismo internacional, reversión de procesos revolucionarios, etc. Bajo dicho paraguas proclaman su condición de gendarme no sólo en América latina, sino en el mundo occidental. Según argumentan sus ideólogos y think tanks, no se trata de una situación buscada, sino de una especie de fatalidad con la cual deben convivir, impuesta por Dios, como pueblo elegido para garantizar la democracia. Así, educados en la paz, tendrán que hacer la guerra. Defensores de los derechos humanos, tendrán que violarlos. Bajo la promesa de defender la justicia y la libertad, se ven abocados a transgredir dichos principios en pro de lograr el objetivo final, que no es otro que imponer por la fuerza y a su pesar el Estado de Derecho. Para ello no escatiman esfuerzos, promueven golpes de Estado, derrocan gobiernos y, si es necesario, invaden países en nombre de la pax americana.
Nunca he creído en guardianes de la democracia. No soy partidario de un gendarme protector que avise, según su entender, cuándo se traspasa el límite de lo políticamente correcto. Rechazo, por principio, los discursos paternalistas y soberbios, llenos de consejos mostrando los peligros de refrendar proyectos antiimperialistas, democráticos y socialistas, así como las consecuencias de no seguir sus advertencias. Siempre bajo el tópico: "ustedes se lo han buscado". No queríamos invadir, matar, violar ni torturar, pero no nos han dejado otra salida.
Desde el siglo XIX, no hay continente que se les resista. África, Asia, Europa y América Latina han sido objeto de la doctrina del destino manifiesto. Así, no han tenido remilgos en dirigir, subvencionar y patrocinar acciones desestabilizadoras cuando gobiernos electos les plantan cara declarándose soberanos. Los gobernantes estadounidenses han aplicado diferentes estrategias para doblegar voluntades. En ocasiones, les ha bastado con enviar cartas reclamando deudas. En otras han ido más lejos, negando préstamos, obstaculizando exportaciones, cerrando el flujo de inversiones y presionando a países aliados. Asimismo, aplican de manera unilateral sanciones económicas, políticas, diplomáticas, sociales y culturales. Bloquean cuentas bancarias, paralizan importaciones y denuncian convenios bilaterales de cooperación. Igualmente, en complicidad con las oligarquías criollas y las empresas transnacionales, tratan de paralizar productivamente la economía del país en cuestión produciendo inflación, crisis, etc.
Por otro lado, se articula una campaña de desprestigio y desinformación para crear una opinión pública favorable a sus políticas desestabilizadoras a nivel internacional y diplomático. Como sucede en el caso venezolano, se expulsan diplomáticos y se acusa a sus autoridades de narcotraficantes, apoyar el terrorismo internacional, ser un país poco fiable y un peligro para la paz. En otros términos, Venezuela no cumpliría con los estándares mínimos de ser una democracia fiable según el patrón estadounidense.
En su haber para dar credibilidad a las acusaciones cuentan con las transnacionales de la comunicación, CNN, EFE, BBC, RAI, Reuters, France Press, sin olvidarnos de las cadenas de televisión, radio y prensa escrita que reproducen mañana, tarde y noche los llamamientos a la sedición y a romper el orden constitucional. Se trata de adjetivar un gobierno legítimo y democráticamente electo como un régimen totalitario que persigue a la oposición, encarcela a sus dirigentes, tortura y rechaza las reglas del juego.
Explicación: kk pro eres me das una coronita