Compara el poder de resolución de un microscopio compuesto
con el del ojo humano y con el de un Microscopio simple. ¿Cuál es mejor?.¿Por que?
Respuestas a la pregunta
Explicación:
Los humanos hemos podido trascender las limitaciones de nuestro sentido de la vista mediante la microscopía; una herramienta que hace visible lo pequeño e invisible para nuestros ojos.
De ojos, lupas y microscopios
By AcercaCiencia on 17 octubre, 2014
Nuestros sentidos son los que hacen posible que nos relacionemos con el entorno, que seamos capaces de recibir información de nuestro alrededor y actuar en consecuencia. Uno de estos sentidos es la vista, cuyo órgano encargado de detectar la luz es el ojo.
La capacidad de resolución del ojo es limitada. Por ejemplo, el ojo humano solo es capaz de percibir objetos de un tamaño mayor a 0,1 mm (es decir 0,0001m o 1×10-4 m).
Para que te des una idea de lo que estamos hablando, mira este video que es una representación esquemática de tamaños relativos de algunas cosas que pueden ser parte de tu vida cotidiana (aunque algunas no las veas).
Somos capaces de ver un balón, un pájaro, un huevo de gallina, un grano de café y una pipa (semillita de girasol). También percibimos, aunque con dificultad y sin detalles, una hormiga, un ácaro e incluso podemos detectar la presencia de organismos muy pequeños en el agua estancada (porque el agua se pone turbia).
Si te fijas en el video aterior, luego de pasar el límite de resolución de nuestro ojo (capacidad de un sistema óptico para diferenciar entre dos puntos o líneas muy próximos), tendríamos que usar una lupa o un microscopio. Con estos dispositivos sí seríamos capaces de observar estructuras pequeñas, como los cromosomas o los microorganismos que vivien en el agua del florero de tu casa.
A simple vista no podemos detectar a las bacterias, en todo caso, para ser capaces de percibirlas, tendría que haber aproximadamente un millón de éstas, que ocupan el mismo volumen que la cabeza de un alfiler.
Además, pasado el límite de resolución del microscopio óptico, tendríamos que utilizar otro tipo de dispositivos que detallamos más adelante en este artículo.
Ojos que no ven, microscopios que lo resuelven
Resumiendo lo anterior, no somos capaces de percibir con nuestros ojos objetos tan pequeños y de tamaño menor a una décima del milímetro (0,1 mm o 1×10-4 m). No obstante, y gracias al avance de la ciencia y la tecnología, actualmente contamos con instrumental especializado que nos permite observar organismos vivos o estructuras que son invisibles a simple vista.
Es evidente la importancia de la existencia de este instrumental, sin estos instrumentos, los microscopios, seríamos incapaces de realizar avances dentro del área de medicina, por dar un ejemplo.
Ahora, ¿cómo era antes?
Anton Van Leeuwenhoek / Tomada de Royal Society
Uno de los impulsores de la microscopía fue Anton Van Leeuwenhoek, un fisiólogo holandés que construyó sus propios dispositivos. Sus instrumentos eran, en realidad, microscopios simples. Sin embargo, sus lentes eran tan nítidas y estaban pulidas con tanta habilidad, que su poder de resolución superaba el de los microscopios compuestos utilizados por sus contemporáneos.
Si bien para nuestra vida actual resultan un poco rústicos, los microscopios de Van Leeuwenhoek le permitieron estudiar la composición de la sangre y observar y dibujar microorganismos, de hecho, en 1676, observó, por primera vez, a “los animálculos microscópicos”, como los llamó él. Consistían en diversos microorganismos que hoy conocemos como bacterias, hongos y potistas.
En el siglo XIX, los microscopios fueron mejorados y se generalizó su uso dentro de la comunidad especializada. Así fue posible observar las estructuras de los tejidos y células, y sobre todo, las formas de vida microbrianas.
Lupas y microscopios ópticos
Este instrumental especializado que mencionamos antes, cuenta con lentes o un sistema de lentes que aumentan varias veces la imagen del objeto observado permitiendo así que nuestro ojo perciba el objeto.
Estos dispositivos ópticos pueden ser simples, como las lupas (figura de abajo a la izquierda) o compuestos como los estereomicroscopios o los microscopios clásicos (figura de abajo a la derecha).