comp se resuelve el caso en los 3 portugueses
Respuestas a la pregunta
Explicación:
Me pareció que observaba usted en ella muchas cosas que eran completamente invisibles para mí —le hice notar.—Invisibles, no, Watson, sino inobservadas. Usted no supo dónde mirar, y por eso se le pasó por alto lo importante. No consigo convencerle de la importancia de las mangas, de lo sugerentes que son las uñas de los pulgares, de los problemas que se solucionan por un cordón de los zapatos. Vamos a ver: ¿qué dedujo usted del aspecto exterior de esa mujer? Descríbamelo.
“Un caso de indentidad” en Las aventuras de Sherlock Holmes
Si conocéis el método de Sherlock Holmes, sabréis que un buen detective siempre debe fijarse en los pequeños detalles, aquellos aparentemente insignificantes y que pasan desapercibidos para la mayor parte de gente. Y es que como el propio Holmes le explicaba a Watson mirar no es lo mismo que observar. Y un buen detective tiene que ser, ante todo, un buen observador. Y eso es lo que demanda la lectura de Tres portugueses bajo un paraguas (sin contar el muerto), un lector atento que sepa ver los indicios que se esconden en cada una de las páginas del libro.
Me pareció que observaba usted en ella muchas cosas que eran completamente invisibles para mí —le hice notar.—Invisibles, no, Watson, sino inobservadas. Usted no supo dónde mirar, y por eso se le pasó por alto lo importante. No consigo convencerle de la importancia de las mangas, de lo sugerentes que son las uñas de los pulgares, de los problemas que se solucionan por un cordón de los zapatos. Vamos a ver: ¿qué dedujo usted del aspecto exterior de esa mujer? Descríbamelo.
“Un caso de indentidad” en Las aventuras de Sherlock Holmes
Si conocéis el método de Sherlock Holmes, sabréis que un buen detective siempre debe fijarse en los pequeños detalles, aquellos aparentemente insignificantes y que pasan desapercibidos para la mayor parte de gente. Y es que como el propio Holmes le explicaba a Watson mirar no es lo mismo que observar. Y un buen detective tiene que ser, ante todo, un buen observador. Y eso es lo que demanda la lectura de Tres portugueses bajo un paraguas (sin contar el muerto), un lector atento que sepa ver los indicios que se esconden en cada una de las páginas del libro. Tres portugueses bajo un paraguas (sin contar al muerto) es un relato breve de Roberto Walsh que, a pesar de la economía textual, condensa en sus escasas 700 palabras, muchas de las convenciones del género policiaco clásico: un detective sagaz (en este caso Daniel Hernández) que debe resolver un crimen, utilizando el procedimiento deductivo, basado en la observación e interpretación de indicios; una trama que se teje a través de indicios, inferencias y elementos que quedan sin resolver, pero que van entrelazándose gracias al procedimiento deductivo seguido por el detective; una forma de narrar que hace partícipe al lector, haciendo que se implique como un investigados más; un ambiente urbano y un tanto lóbrego; y una historia que parte del final para conseguir llegar al principio, reorganizando los hechos de modo que el resultado de la investigación (y de la historia) explique quién es el culpable del crimen y cómo lo hizo.
Después de una breve descripción de los tres sospechosos y del muerto,
El primer portugués era alto y flaco.
El segundo portugués era bajo y gordo.
El tercer portugués era mediano.
El cuarto portugués estaba muerto.