Biología, pregunta formulada por israjotitar, hace 1 año

como son las células del cerebro,el hígado y la sangre en distintos tipos de animales

Respuestas a la pregunta

Contestado por Marian2121
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Los animales grandes no son como los pequeños. No es solo que difieran en tamaño, su anatomía es diferente y también lo es su fisiología; no funcionan igual. Eso es así tanto si consideramos las distintas dimensiones que pueden tener los ejemplares de una misma especie como si lo que nos ocupa son animales pertenecientes a especies de tamaños dispares. Aunque pueda parecerlo, esto no es una obviedad. No se trata de que un animal de mayor tamaño tenga órganos más grandes, coma más, disipe más calor o corra más rápido. De hecho, todo eso es así en términos generales. Pero cuando se dice que unos y otros son diferentes y que funcionan de forma diferente no se hace alusión a nociones tan triviales.

El fenómeno que nos interesa es otro, porque lo interesante es que si comparamos animales de distintas dimensiones podemos comprobar que el tamaño relativo de sus órganos no es el mismo. El tegumento, por ejemplo, representa una fracción menor de la masa corporal en los animales grandes que en los pequeños. Y un bebé disipa, por unidad de masa, mucho más calor que su madre; y también come mucho más por unidad de masa.

La proporción que representan la mayor parte de órganos con relación a la masa total del animal disminuye al aumentar aquella. La más importante de las secciones corporales en la que se observa ese fenómeno es el tegumento. Tanto en aves como en mamíferos de muy pequeño tamaño (50 g) representa alrededor de un 17 o 18% de la masa corporal, pero desciende a un 12% en individuos de 5 kg, y a un 8% en mamíferos de 500 kg. Hay una lógica geométrica en esa disminución, ya que la masa del tegumento es proporcional a su grosor (que depende de forma lineal de la masa total) y a la superficie corporal (que depende de la masa según una función potencial en la que el valor de la potencia es de 2/31).

El tubo digestivo, por su parte, representa alrededor de un 10% en aves y mamíferos de pequeño tamaño (50 g o menos), pero esa proporción es menor en animales más grandes, sobre todo en mamíferos (en aves apenas varía), de manera que el de un individuo de 500 kg tendría un 5% de la masa del animal. Con el hígado pasa algo similar; pasa de representar casi un 5% en un ave o mamífero de 50 g, y llega a no ser más de un 1,5% en uno de 500 kg.

Y para completar el repaso de los órganos cuya importancia relativa disminuye en animales grandes, nos quedan el encéfalo y los riñones. El encéfalo representa un 2,3% y un 2,5% en mamíferos y aves, respectivamente, de muy pequeño tamaño; un 0,8% y 0,9% en los de 5 kg; y un 0,24% en los grandes mamíferos. Los riñones también disminuyen de forma notable su proporción en animales grandes: 1,3% (mamíferos) y 1,5% (aves) en individuos pequeños (50 g); 0.5% (mamíferos) y 0,8% (aves) en animales de 5 kg, y 0,2% en mamíferos de 500 kg.

La proporción que representa el corazón, la sangre y los pulmones apenas cambia con el tamaño; y tampoco lo hace la musculatura de los mamíferos. El corazón viene a ser un 0,6% de la masa de un mamífero y un 0,9% de la de un ave. También tienen menos sangre los primeros (7%) que las segundas (9%). Y en los pulmones se observa una diferencia relativa similar, aunque estos representan fracciones menores en ambos grupos: algo más del 1% en mamíferos y alrededor de un 1,3% en aves. La capacidad pulmonar de las aves es, en cierta consonancia con lo anterior, un 12% mayor que en mamíferos. Seguramente, esas diferencias en el tamaño del corazón, la cantidad de sangre y la capacidad pulmonar tienen que ver con las altas demandas metabólicas que impone el vuelo y, por ello, con la necesidad de las aves de disponer de más oxígeno y combustible para poder volar.

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