Salud, pregunta formulada por deby78flores, hace 1 mes

como se representa y practica la autoatención?​

Respuestas a la pregunta

Contestado por skyfridayfunki
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Respuesta:

Las enfermedades, como es obvio, operan en toda sociedad conocida, por lo tanto, todas las sociedades han generado formas específicas de atención y prevención para abatir, reducir o convivir con los padecimientos que reconocen como tales. En las sociedades latinoamericanas actuales, incluida gran parte de los pueblos originarios, coexisten formas de atención a las enfermedades en las que la biomedicina no sólo constituye la forma hegemónica, sino la que está en constante proceso de expansión.1

Esta afirmación implica cuestionar la mirada antropológica dominante en nuestros países hasta hace pocos años pues, salvo algunas excepciones, la mayoría de los estudios antropológicos sobre los procesos de salud/enfermedad/atención-prevención (s/e/a-p) desarrollados en las comunidades indígenas latinoamericanas se reducía a describir las enfermedades y los curadores tradicionales, y excluía de sus etnografías a las instituciones y saberes biomédicos. Esos textos no incluían la forma de atención de los padecimientos que se estaba convirtiendo en hegemónica y pasaba a ser parte de los usos y costumbres cotidianos de la mayoría de los pueblos originarios, por lo menos en México.

Una serie de estudios ha puesto en evidencia las transacciones entre las formas de atención de los padecimientos, en las que los sujetos y micro grupos son los principales actores sociales de este proceso interactivo. Si bien pueden intervenir varios tipos de curadores, dicho proceso es llevado a cabo básicamente por la población como parte normalizada de su vida cotidiana. No obstante, gran parte del trabajo antropológico, sobre todo referido a determinados procesos de s/e/a-p, se ha concentrado en los curadores tradicionales, ya sean chamanes, herbolarios o parteras, y ha dejado en un lugar secundario a la población, de manera que su etnografía no registra los procesos interactivos generados en torno a los padecimientos por los sujetos y micro grupos, sino sólo los que operan los curadores tradicionales. Esto no demerita la calidad de muchos de estos trabajos, sólo señala sus limitaciones y ausencias.

Éstas y otras tendencias han generado una antropología de los procesos de s/e/a-p en las comunidades indígenas y no indígenas, que ha tendido a ignorar tanto el creciente papel directo e indirecto de la biomedicina, como algunos de los principales procesos de producción y reproducción biocultural, por ejemplo, el que se desarrolla por medio de las formas de auto atención de los padecimientos.

Comprendemos los objetivos que causaron esa orientación, que en parte tienen que ver con el énfasis puesto en la “diferencia” y el empoderamiento indígena como mecanismos de su rehabilitación social y cultural, así como con la búsqueda de vinculación de lo tradicional actual con las cosmologías ancestrales, como evidencia de una continuidad cultural que legitime las demandas de las comunidades nativas. Sin embargo, esta orientación se ha alejado cada vez más de lo que acontece en realidad en las comunidades en términos de los procesos de s/e/a-p. Esta tendencia expresa sobre todo la “interpretación” de una parte de los antropólogos o los deseos de una parte de los líderes e intelectuales indianistas, pero no lo que ocurre en la vida cotidiana de los sectores sociales subalternos, incluidos los pueblos indígenas.

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