Cómo se relaciona la arquitectura neoclásica con la Francia posrevolucionaria
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El neoclasicismo fue un movimiento que afectó a la arquitectura, el diseño y las artes y que fue dominante en Francia entre 1760 y 1830. Surgió como una reacción a la frivolidad y al excesivo ornamento de los estilos barroco y rococó. En arquitectura, presentaba sobriedad, líneas rectas y formas basadas en modelos griegos y romanos antiguos, como el frontón y la columnata. Comenzó tarde en el reinado de Luis XV (r. 1715-1774), se convirtió en dominante bajo Luis XVI (r. 1774-1792) —estilo Luis XVI—, y continuó a través de la Revolución francesa, el Directorio, el reinado de Napoleón Bonaparte, y la Restauración borbónica hasta 1830, cuando fue reemplazado gradualmente como el estilo dominante por el romanticismo y el eclecticismo.1
La primera fase del neoclasicismo francés se expresó en el diseño de mobiliario e interiores, el conocido como estilo Luis XV —inicialmente un estilo parisino, el Goût grec (estilo o gusto griego) no un estilo de corte; solo cuando el joven rey accedió al trono en 1774, María Antonieta, su reina, amante de la moda, llevó el estilo Luis XVI a la corte—, que luego evolucionó hacia los estilos de decoración Directorio e Imperio.
Los primeros edificios neoclásicos fueron construidos en tiempos de Luis XV por Ange-Jacques Gabriel y Jacques-Germain Soufflot, bajo el impulso del marqués de Marigny, director general de los Edificios del Rey (Bâtiments du roi), desde 1751 a 1773. Sus principales realizaciones fueron la Escuela Militar (1751-1756), el palacio de Compiègne, reconstruido a partir de 1751, la Plaza Luis XV (1755-1775), el Petit Trianon (1762-1768), el proyecto de reconstrucción del château de Versalles entre 1772 y 1775, el Hôtel-Dieu de Lyon (1741-1764) y la iglesia de Santa Genoveva de París (1764-1790).
El gusto por lo antiguo y el retorno al clasicismo también se expresaron en la arquitectura religiosa, en la civil y en la privada —a menudo a través del modelo reinterpretado de la arquitectura privada de Palladio conocido a través de su tratado I quattro libri dell'architettura (Venecia, 1570)—, en la decoración de interiores y en el arte de los jardines. Además de los ejemplos de las iglesias de Saint-Sulpice y Santa Genoveva, de sitios públicos y edificios como el Casa de la Moneda y la Escuela de Cirugía de París, del Gran Teatro de Burdeos, del Hôtel de Salm, de la Plaza de la Bolsa de Burdeos, fueron numerosos los edificios privados construidos en este estilo: los hôtels Alexandre, de Hallwyll, de Thelusson, de Bourbon-Condé, de Masseran, de Montesquiou, todos en París; las casas Carré de Baudouin, Huvé, Rousseau alrededor de la capital; muchos hôtels en Burdeos, La Rochelle, la casa del armador en Le Havre, sin incluir los desarrollos inmobiliarios, como el Palais-Royal de París o el barrio Graslin en Nantes.
Los principales representantes del neoclasicismo arquitectónico francés hasta la víspera de la Revolución fueron Ange-Jacques Gabriel (1698-1782), Jacques-Germain Soufflot, Étienne-Louis Boullée y Claude Nicolas Ledoux (1736-1806). Los edificios respectivos de los dos últimos, construidos o proyectados utópicamente (cenotafio de Newton de Boullée, proyecto de ciudad ideal en Arc-et-Senans de Ledoux), han influido a arquitectos y teóricos del siglo XX. Además de estos cuatro grandes nombres, Jacques Denis Antoine, Jean-Benoît-Vincent Barré, François-Joseph Bélanger, Alexandre Brongniart, Jean-François-Thérèse Chalgrin (1739-1811), Charles François Darnaudin, Louis-Jean Desprez, Charles De Wailly, Jacques Gondouin, Jean-Jacques Huvé, Victor Louis, Richard Mique, Pierre-Louis Moreau, Pierre-Adrien Pâris, Marie-Joseph Peyre, Bernard Poyet, Jean-Augustin Renard, Pierre Rousseau se cuentan entre los representantes de la vuelta a la antigüedad bajo el reinado de Luis XVI.
La Revolución, entendida como el período que va entre 1789 y el golpe de Estado del 18 de brumario (1799), y el Primer Imperio Francés (1804-1814) marcó una etapa importante en el neoclasicismo arquitectónico francés. Animaron la expresión de una sensibilidad grandiosa, el uso de un vocabulario ornamental aún más inspirado en la Antigüedad que bajo el reinado de Luis XVI, incluso yendo a buscar elementos de adorno llamados etruscos" o pompeyanos, o al menos creídos como tales...
Durante la Revolución, el gusto por la antigüedad se expresaba principalmente en la arquitectura llamada efímera (arquitectura de fiestas públicas y ceremonias, decoración de salas de espectáculos o de salas de reuniones públicas: Tribunado, Consejo de los Cinco Cientos, etc.),2 y en los concursos públicos convocados para construir monumentos conmemorativos: concurso del Año II,3 proyecto de columnas o de obeliscos departamentales a la gloria de los ejércitos revolucionarios, fuentes públicas, etc.
Explicación:
espero te ayude si es asi dale cornita :D