¿Cómo se puede hacer un cultivo de piel humana y qué condiciones son necesarias para que un transplante sea exitoso?
Respuestas a la pregunta
Existen varias técnicas para conseguir alternativas a la piel humana: el autoinjerto mallado, cultivos de la propia piel del paciente, injertos de piel de cadáver y productos sintéticos. Según los especialistas, la elección depende de la gravedad y características del paciente, aunque a veces también se emplean de forma conjunta.
Lo más utilizado es el autoinjerto. "Se coge una fina lámina de piel sana del quemado, se pasa por una malladora y se aumenta su tamaño hasta 10 veces. Esa malla se coloca sobre la zona quemada y esa piel prende", explica el doctor Meana. La limitación de este procedimiento es que sólo se puede aplicar cuando el paciente tiene suficiente piel sana.
En caso contrario, se recurre a los cultivos de piel, "el sustituto más avanzado en nuestro país", asegura la doctora Holguín. Se empieza por una biopsia, tal y como explica el investigador asturiano, y las células obtenidas por este procedimiento (los queratinocitos y los fibroblastos) se cultivan y "se colocan en una estructura tridimensional basada en plasma humano coagulado. Los fibroblastos dérmicos crecen en el interior del gel y los queratinocitos en la parte superior. Esto imita la estructura original de la piel", es decir, la dermis y la epidermis.
"A partir de un fragmento de piel de dos centímetros cuadrados podemos producir piel cultivada entre 1.000 y 5.000 veces el tamaño original de esa biopsia", comenta el especialista. El producto obtenido es muy frágil y de difícil manejo, pero, "si logra prender es capaz de mantener cerrada la herida durante toda la vida del individuo". El éxito de este proceso de vascularización depende de la edad del paciente y del deterioro de la piel hasta que ha recibido el injerto.
Cada año genera entre 50 y 60 metros cuadrados destinados a reponer los tejidos dañados de los enfermos ingresados en las distintas unidades de quemados de los hospitales nacionales.
Existen varias técnicas para conseguir alternativas a la piel humana: el autoinjerto mallado, cultivos de la propia piel del paciente, injertos de piel de cadáver y productos sintéticos. Según los especialistas, la elección depende de la gravedad y características del paciente, aunque a veces también se emplean de forma conjunta.
El trasplante
En la primera fase de la operación, se limpió toda superficie quemada para que quedara libre de infecciones y restos de células muertas. A continuación, se colocaron los apósitos de piel (la parte de los fibroblastos hacia abajo), se fijaron mediante grapas quirúrgicas y, finalmente, se protegió todo con tul (que no se adhiere a la herida) y vendas.