Cómo se presenta la religión antes de la colonización Española?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La cosmovisión que nuestros pueblos originarios tenían antes de la propagación de la nueva religión, traída por la invasión española era distinta, ésta tenía que ver, sobre todo, con la madre naturaleza y con la tierra, y en base a esta descubrieron que todo está relacionado y que el ser humano es parte de la misma relación; por eso sus dioses y diosas eran representados por algunos elementos de la naturaleza, de la cual es posible la vida en la tierra, también creían que había un inframundo, (mictlan), donde moraba el señor de la muerte (mictlantecutli) y su esposa (mictecacihuatl). La conquista o invasión a través de la religión que las congregaciones religiosas españolas trajeron, desembocó en cambiar la percepción de los sabios conocimientos y costumbres de los pueblos originarios, no sólo de México sino de todo el Continente. No lograron borrar o destruir todo, lo que pudo sobrevivir evolucionó con el paso de los tiempos.
Las congregaciones se repartieron los territorios y pueblos, con mayor población para llevarles el bautismo, que muchas de las veces fue de manera colectiva; los grupos religiosos que se dieron a esta misión o tarea fueron los frailes mendicantes regulares (que hacían votos de pobreza) y el clero secular; el primer grupo lo conformaban los franciscanos, los dominicos y los agustinos, que se encargaron de las parroquias, los sacramentos y las misiones; el segundo grupo eran los clérigos de la jerarquía episcopal.
Las principales ciudades o pueblos originarios -Tenochtitlán, Tlatelolco, Tlamanalco y Xochimilco estaban bajo la orden de los franciscanos; los dominicos tenían la responsabilidad de la provincia de Chalco y las dos villas (del marquesado de Cortés –Coyoacán y Tacubaya-); los agustinos construyeron iglesias y monasterios en Acolman, Culhuacan y Mizquic. Las discrepancias y disputas por el control y la asignación de pueblos era parte del gaje u oficio. Los franciscanos poseían la mayor parte, le seguían los dominicos y agustinos; la extensa parte del norte del valle estaban bajo dominio del clero secular, incluyendo zonas de los franciscanos. Los misioneros jesuitas fueron los últimos en llegar a lo que llamaron La Nueva España, o sea México, en el año de (1572); se dedicaron con mucho esmero a las misiones y a aprender los idiomas de los diferentes pueblos originarios de México, se establecieron en zona de los chichimecas, que eran grupos guerreros, y se ganaron su simpatía y confianza; fundaron escuelas o colegios en diferentes partes. Desafortunadamente en 1767 fueron expulsados de la Nueva España, por temor que generaron a los gobiernos católicos de España, por su gran preparación y poder de conocimientos y organización. Carlos III Rey de España ordenó la expulsión no sólo de México, sino de todos los demás dominios españoles.
oficios calificados y a la parte doctrinal sobre el cristianismo, la moralidad y el humanismo inculcados por Vasco de Quiroga.
Pero una parte considerable de pueblos originarios, siguieron conservando la visión politeísta, los lugares donde practicaban las ceremonias eran en cualquier parte, sin necesidad de grandes iglesias, templos, monasterios, centro de procesiones e imágenes de santos, solo algunas prácticas fueron tomadas en cuenta, como el matrimonio, la penitencia, el bautismo, las ofrendas, entre otras; el símbolo de la crucifixión fue adoptado como un acto de sacrificio y aceptaron el concepto cristiano del alma, pero haciéndola extensible para los animales y plantas; de esta forma los indígenas agregaron a la fe cristiana sus toques de matices, es decir su estilo propio.
Para algunos estudiosos de esa época, la idolatría y la superstición no habían sido erradicadas; en el Siglo XVIII apareció un documento de Hernando Ruiz de Alarcón, llamado Tratado de las Supersticiones (1629) y, otro de Jacinto de la Serna –Manual de Ministros- (1656), según estos escritos, describían que éstas prácticas se seguían llevando a cabo en diferente zonas del centro del valle; en cambio para el fraile de la orden de los franciscanos, Toribio de Benavente (Motolinía) afirmaba que la idolatría sí había sido erradicada, en cambio el etnólogo Bernardino de Sahagún, no compartía el punto de vista de Motolinía.
Las nuevas jurisdicciones de la Iglesia se delineaban en –doctrina, curato, partido y parroquia-, la doctrina estaba asentada en las cabeceras principales, los pueblos aledaños a esta, eran llamadas visitas, para mayor control de cada pueblo, se les ponía un prefijo o un nombre cristiano, añadido a los nombres indígenas; este reacomodo lo establecieron tanto los mendicantes como el clero