Religión, pregunta formulada por fabriciocayra, hace 1 año

¿Cómo se ofrece Jesucristo en el calvario y cómo en la Santa Misa?​

Respuestas a la pregunta

Contestado por pilarocio81
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Respuesta: En todos los tiempos y lugares los hombres han ofrecido algunas cosas a Dios  

o sacrificaban en su honor criaturas animadas o inanimadas para manifestar que el  

Señor es el dueño Supremo de todas las cosas. Esas ofrendas se llaman sacrificios.

              En la Antigua Ley había muchos sacrificios. Caín ofreció a Dios los frutos de la  

tierra (y del trabajo del hombre); Abel le ofreció sus corderitos.  

Melquisedec, pan y vino. En el templo de Jerusalén se sacrificaban constantemente  

multitud de aves y animales. Los sacrificios antiguos, como figuras que eran, son  

abolidos al realizarse el Sacrificio verdadero que preanunciaban.

              Esos sacrificios representaban el gran Sacrificio de la Nueva Ley. Nuestro Señor  

subió al monte Calvario y allí derramó su Sangre y se ofreció El mismo a su Padre  

Celestial en sacrificio por la Redención del mundo.

              Pero el Señor, queriendo que todos los hombres pudieran participar de su  

Sacrificio, no se contentó con ofrecerse una vez en el Calvario: quiso que este Sacrificio,  

que era de un valor infinito, se renovase todos los días, hasta la consumación de los siglos,  

en una multitud de altares, para esto instituyó el Sacerdocio y la  Santa Misa.

              Por medio de sus sacerdotes quiso presentarse todos los días en el Altar y ofrecerse  

allí de nuevo a su Padre en estado de Víctima, encubierto bajo las especies del pan y del  

vino. Cada altar es verdaderamente un Calvario.

              Cuando el Señor instituyó la Eucaristía, celebrando y ofreciendo por anticipado  

Su Sacrificio, terminada la última Cena, consagró el pan y el vino diciendo: Este es mi  

Cuerpo, que será entregado a la muerte por vosotros, esto es mi Sangre que será  

derramada por vosotros y por muchos. Y después agregó: Haced (ordenando y dando un  

poder) esto en memoria mía; todas las veces que hicieres esto, es decir, en memoria de Mi  

Pasión y muerte. Así nos daba a entender que se quedaba en la Eucaristía para renovar y  

perpetuar su Sacrificio en la Cruz.

              Asistir a la Santa Misa es lo mismo que asistir al Sacrificio de Jesús en el Calvario.  

En esos dos actos del único Sacrificio no hay más que un mismo Sacerdote y una misma  

Víctima que es Nuestro Señor, sólo que en el Calvario, El se ofreció por sí mismo y derramó  

su Sangre corporalmente (forma cruenta), mientras que sobre nuestros altares se ofrece por

medio del sacerdote y se oculta como Víctima bajo las especies del pan y del vino  

(forma incruenta)

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