Filosofía, pregunta formulada por tepepajeimy, hace 18 horas

cómo se logra que los diálogos de los actores reflejen las características de los personajes de una leyenda ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por serafinbernal950
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Explicación:

Cómo caracterizar a un personaje más allá de la descripción

Caracterizar a un personaje con acierto y dotarlo de cualidades humanas que lo conviertan en un personaje creíble es todo un arte.

Los recursos con los que cuenta el escritor para lograrlo son muchos, pero a menudo los escritores principiantes se quedan en lo tópico, en lo externo, y no van más allá del aspecto exterior del personaje.

El color del pelo y de los ojos, la altura y el peso, la forma de vestir son importantes para lograr que el lector pueda representarse a tu personaje, pero no suficiente.

Si eres avezado, puede que al preparar tu ficha de personaje hayas incluido algunos otros detalles que te parecen relevantes, como una manía o un tic. Además de su historia familiar y unas pinceladas de su idiosincrasia.

Todo ello está bien, pero ¿cómo volcarlo en la narración?

Hoy vamos a repasar algunas maneras de las que te puedes servir a lo largo de la narración para revelar la personalidad y los valores de tus personajes de una forma sutil pero efectiva.

Para hacerlo hemos elegido a Irene, uno de los personajes de la trilogía La saga de los Forsyte, escrita por el premio Nobel John Galsworthy. Vamos a ver cómo el carácter de este personaje, que no es protagonista, pero sí tiene una parte muy relevante en la historia, va dibujándose a lo largo de la misma.

1. Caracterizar a un personaje a través de su apariencia

Sin duda la descripción física es la primera herramienta que se te viene a la mente cuando piensas en caracterizar a un personaje.

Describir al personaje, dando sus rasgos físicos y glosando su apariencia, es importante para que el lector pueda imaginarse quiénes son los intérpretes de la historia.

Para hacerlo, puedes detener un momento el avance de la acción para incorporar una descripción más o menos extensa del personaje. Pero también puedes optar por dar pequeñas pinceladas aquí y allá que vayan creando una imagen completa.

Galsworthy presenta así a Irene en El propietario, la primera novela de la trilogía:

Una mujer alta, de hermosa figura, a quien alguien de la familia había comparado con una diosa pagana, contemplaba a aquellos dos con una sonrisa indefinida.

Tenía las manos, enfundadas en guantes de color gris piedra, cruzadas una sobre la otra, y el rostro, serio y encantador, ligeramente ladeado, atrayendo las miradas de todos los hombres próximos a ella. Su figura se mecía con tanto equilibrio que parecía bastar un soplo de aire para ponerla en movimiento. En sus mejillas había calidez, aunque poco color; los ojos eran grandes, oscuros y aterciopelados; pero eran los labios —al formular una pregunta o dar una respuesta, con aquella leve y enigmática sonrisa—los que atraían las miradas de los hombres; eran delicados, sensuales, dulces y parecían exhalar un calor y una fragancia propios de una flor.

Este párrafo nos presenta a una mujer hermosa, también elegante, que despierta la admiración de los hombres a su alrededor.

En posteriores apariciones, Galsworthy no deja de mencionar la elegancia de su atuendo dando breves descripciones de sus vestidos. O la

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