Cómo se inicia y finaliza la Participación Política Democrática y el Proceso Electoral?
Respuestas a la pregunta
Sacao de dib web. .v.
Respuesta:
Resumen
La democracia en América Central llegó de manera más tardía que en el sur del continente y, a menudo, después de procesos más violentos, aunque pertenece de pleno derecho a la "tercera ola de la democracia". Ese retorno planteó la necesidad de generar acuerdos entre fuerzas políticas antagónicas, a veces enfrentadas militarmente, que dejaron como resultado miles de víctimas. El rediseño de las reglas del juego se tradujo en los acuerdos de paz o en nuevas Constituciones que plantearon implícitamente algunos de los dilemas abordados por el Contrato Social de Jean Jacques Rousseau: cómo lograr que el contrato social supere el
Los progresos en la transparencia y acceso a la información sobre los procesos electorales representan un cambio fundamental en la manera de votar de América Central, una región que desde la instauración de las Repúblicas proclamó la soberanía popular como principio de legitimación del poder e hizo de las elecciones el instrumento de asignación del poder, pero que a la vez fue infiel a su propio ideario, alimentando su historia con golpes de Estado, guerras civiles, rebeliones, elecciones de candidatura única y fraudes electorales que fomentaron la violencia, el resentimiento y el escepticismo. En el siglo XX, El Salvador conoció todas y cada una de las anteriores situaciones (Artiga: 2000). Una de las herencias más nocivas de algunos autoritarismos centroamericanos fueron las farsas electorales para darse una fachada de legalidad, pues debilitaron la asociación espontánea entre elecciones y democracia. Incluso cuando se desarrollaron con periodicidad, como en Nicaragua o Guatemala, raras veces sirvieron para"resolver el conflicto político y llevar al poder a los gobernantes; tampoco eran un medio de expresión de las preferencias políticas, ni un mecanismo de control de los gobernados sobre sus gobernantes" (Loaeza, 2008: 87). La frase, pensada para México, valió tanto o más para .
De todos modos, en términos de confianza ciudadana en las elecciones el escenario aparecía contrastado. Según el Latinobarómetro, la confianza en la limpieza de las elecciones para una media continental era de 44% en el 2009, los panameños, costarricenses y salvadoreños se situaban por encima del promedio; en la figura contraria aparecían nicaragüenses, guatemaltecos y hondureños. La confianza parece vincularse con composiciones no partidistas de los tribunales electorales, probadas a lo largo de varias elecciones con la confianza general en las instituciones del sistema político (Barreda y Ruiz, 2014: 27-29), o con alternancias políticas claras, como la salvadoreña del 2009 que dieron fe de la imparcialidad de los organismos electorales.
Los progresos: una mayor y mejor participación política y electoral, hacia una representación más plural
En 30 años, a mediados de la década de 1980 y los comicios del 2011-2014, el cuerpo electoral centroamericano se había ampliado, de hecho se duplicó con holgura. De más de 12 millones de inscritos, pasó a 27 millones (cuadro 1).2
Sin duda, el impulso mayor del crecimiento de los censos electorales proviene de la transición
Explicación:
2007.7.4
Palabras clave: contrato social, Centroamérica, guerra, violencia, democracia.