Como se identifica la tolerancia y la frustración en el trabajo
Respuestas a la pregunta
Explicación:
La frustración es un sentimiento cotidiano y normal cuando las cosas no salen como esperamos o queremos que salgan. Todos hemos sentido frustración en algún momento. El problema está cuando nuestras reacciones a esto que nos frustra nos genera excesivo malestar y nos aleja de conseguir aquello que queremos. Aquí te explicamos qué es la intolerancia a la frustración y te damos algunas estrategias para combatirla.
Intolerancia a la frustración
Intolerancia a la frustración
¿Qué es la intolerancia a la frustración? Las personas con baja tolerancia a la frustración, tienen una sensibilidad excesiva hacia todo aquello que les resulta desagradable: No toleran la incomodidad, los contratiempos, las trabas o problemas. No soportan la demora en la satisfacción de sus deseos, ni ningún sentimiento o circunstancia que pueda resultarles desagradable. Estas personas, suelen presentar estados estrés, enfado, ansiedad, tristeza, resentimiento. Normalmente, tienden a victimizarse y a culpar a otros de lo que les pasa.
Es frecuente que los adultos que sufren intolerancia a la frustración se rindan antes de conseguir sus metas. Los niños tienden a tener baja tolerancia a la frustración, pero esto es debido a su propia inmadurez cognitiva. Por ello es importante enseñarles desde pequeños a aceptar la frustración, a perseverar y a no darse por vencidos, a que no siempre van a tener aquello que quieren.
La tolerancia a la frustración hace referencia a cómo nos enfrentamos y manejamos la frustración. Como hemos dicho, la frustración es un sentimiento normal y cotidiano, que no tiene nada de malo. Es un indicador de que las cosas no han salido como queremos.
Pero cuando la no consecución de nuestras metas no nos deja ver más allá, nos obsesiona, nos enfada y hace que desistamos de nuestro objetivo, es cuando tenemos problemas. La baja tolerancia a la frustración puede, incluso, llevarnos a evitar emprender tareas o proyectos, simplemente por la posibilidad de no conseguir llevarlas a cabo como a nosotros idealmente nos gustaría.
Según un estudio, la intolerancia a la frustración puede también llevarnos a la procrastinación con facilidad, y todo lo que ello conlleva.
Tabla de contenidos
Rasgos de las personas con poca tolerancia a la frustración
Ejemplos de tolerancia a la frustración
Estrategias para aumentar la tolerancia a la frustración
1. Cambia tu actitud hacia la no consecución de tus metas
2. Cambia tu actitud hacia la frustración
3. Identifica tus creencias irracionales
4. Practica la frustración
5. Toma medidas
6. El retroceso no es fracaso
7. Diferencia los deseos de las necesidades
8. Analiza la situación
1.- Toma conciencia. Ante todo, reconoce que sueles frustrarte con frecuencia. Luego, analiza tus reacciones ante lo que te molesta, lo que no consigues o ante quien te decepciona. Poder reconocer el problema y cómo se manifiesta es el primer gran paso en el camino a solucionarlo.
2.- Aprende a tener control sobre tus emociones. La baja tolerancia a la frustración implica una hipersensibilidad hacia lo displacentero, que potencia lo negativo de cada situación. Ten en cuenta que esta manera de percibir los acontecimientos de tu vida, la llenará de tragedias y momentos estresantes. Presta atención a las diversas emociones que vivencias y analízalas. Lograrás tomar la distancia necesaria frente a los problemas y mejorarás tu capacidad de responder adecuadamente.
3.- Proponte metas pequeñas. Suele ocurrir que las personas se sientan frustradas al no poder cumplir con sus objetivos. Pero no te desanimes, puedes anticiparte a un potencial fracaso. Prueba con proyectar metas posibles y alcanzables a corto plazo. Así, a través de pasos o etapas, podrás alcanzar el éxito final.
4.- No seas tan exigente contigo mismo. Juzgarse a uno mismo como capaz de hacer las cosas “perfectamente” es absurdo. La perfección no existe. Una “severa” autoexigencia hace caer a las personas en la ilusión de creer la posibilidad de ser insuperable. No caigas en la trampa, ser tan exigente contigo mismo sólo te paralizará e inhibirá la posibilidad que tienes de ser creativo y productivo.
5.- Acepta y reconoce las contingencias. La vida transcurre en un continuo ir y venir entre lo que depende de nosotros y aquello que no controlamos, en la sutil diferencia entre ambas circunstancias para poder actuar en consecuencia. Comprender y aceptar que no te es posible tener el control absoluto sobre tu vida te dará la clave para reconocer que resulta en vano sentirte culpable o desilusionarte por cuestiones que escapan a tu voluntad.
6.- Ejercita tu capacidad de acción. Una buena decisión no es tal mientras no se exprese en la acción. Por ello, en vez de huir, lamentarte, negar o quedarte perplejo ante un inconveniente, intenta pensar posibles estrategias de acción para cada caso. De este modo tendrás las herramientas necesarias para evitar la frustración modificando tus respuestas ante un conflicto.
Respuesta:
Agresividad física o verbal. Sentimiento de pérdida de control. Reacciones emocionales (ansiedad, aflicción, nerviosismo y problemas de salud física como insomnio, trastornos digestivos, hormonales, etc.)