cómo se hace un diagrama de flujo para mostrar el promedio de la suma de 4 números paso a paso
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La segregación profesional y sectorial es generalizada y la situación solo está cambiando lentamente. A corto o medio plazo, también son necesarias medidas para mejorar los salarios en las profesiones con predominio de mujeres como reconocimiento de las capacidades, los esfuerzos y las responsabilidades movilizados en los sectores en que predominan las mujeres. “
En los artículos anteriores de esta serie hemos analizado aspectos que contribuyen de forma significativa a la discriminación de las mujeres en el mercado de trabajo -no solo en España sino en la mayor parte de los países de la Unión Europea- que tratan de mejorar la aplicación práctica de la normativa, que tratan de romper los techos y paredes de cristal -segregación vertical y horizontal respectivamente- y la importantísima carga física y psicológica que las mujeres asumen como consecuencia de los cuidados familiares y que lastran gravemente sus posibilidades de desarrollo profesional y, en consecuencia, personal.
La acción número 5 que propone la Unión Europea se refiere a la dignidad de las mujeres. Y para ser precisos con el lenguaje, la Real Academia Española define “digno/a” como “merecedor de algo” o como “correspondiente, proporcionado al mérito y condición de alguien”. Y esto es muy importante porque cuando hablamos de dignidad no nos estamos refiriendo a conceptos abstractos o ambiguos, sino que estamos hablando de algo concreto, de un reconocimiento al mérito y condición de las personas y, en este caso, de las mujeres.
Y esto es lo que plantea la Unión Europea: adoptar las medidas que permitan la mejora salarial y el reconocimiento en profesiones mayoritariamente ejercidas por mujeres.
Es cierto que la brecha salarial por género es la consecuencia de una madeja difícil de desenredar que está formada por tradiciones, por principiossociales y religiosos, por circunstancias que han condicionado decisiones familiares y personales, por coyunturas de todo tipo, pero muy especialmente económicas, etc. que han asignado un rol y un estatus secundario a la mayoría de las mujeres.
Hasta hace bien poco era habitual conocer familias donde los chicos estudiaban y las chicas esperaban marido y esto sigue pasando en algunos lugares cuando la limitación de los recursos económicos del entorno familiar obliga a elegir en quien aplicarlos. De esta forma, se perpetúa el papel dominante del varón relegando a las mujeres a un papel subsidiario. La mujer cuida de la casa, es madre, cuida de los niños, de los mayores, cocina, hace los “mandados”, limpia, en muchos casos ayuda a la actividad profesional del marido -empleos invisibles- y además, si le da tiempo y tiene suerte, consigue un empleo femeninofuera de casa a tiempo parcial, o temporal, acotado vertical y horizontalmente y, en general, mal retribuido porque, al fin y al cabo, es una ayuda a la economía familiar y no el ingreso principal que corresponde obtener al hombre.
Por todo ello es muy importante el trabajo de la Unión Europea, de la OIT, de otras instituciones, de los empleadores y de los agentes sociales para entender la madeja y aplicar medidas que ayuden a desenredarla. Sin embargo, todas ellas son difíciles de aplicar y, sobre todo, de verificar su cumplimiento. Prueba de ello es que tras décadas de conocer y reconocer el problema y plantear soluciones los resultados son casi imperceptibles.
Es imprescindible y urgente trabajar en la adopción de medidas que permitan salir del círculo vicioso que aprisiona a muchas mujeres y les impide su desarrollo profesional y crecimiento personal. Esto que es así en países privilegiados como el nuestro y los de nuestro entorno es desgarrador en otras zonas del planeta. La igualdad de oportunidades para el acceso a los niveles educativos deseados, la eliminación de preconceptos sobre profesiones masculinas y femeninas, el reparto de tareas y cuidados relacionados con el hogar y otros familiares dependientes son algunas de las medidas cuya implantación se debe potenciar desde todos los ámbitos: individuales y colectivos. Pero a esto se debe añadir el diseño de políticas globales que permitan hacer realidad que las mujeres puedan desarrollar una profesión -la que ellas quieran y para las que estén dispuestas a hacer sus mejores esfuerzos- que sea compatible con sus necesidades de tiempo en cada etapa de su vida.
Es imprescindible, en consecuencia, conseguir entre todos eliminar el concepto de subsidiariedad del trabajo femenino y la renta que aporta a la economía familiar. En definitiva, la defensa del trabajo decente nos debe llevar a reconocer el mérito de las mujeres en sus respectivas profesiones y mejorar los niveles retributivos buscando que se ajusten a dicho mérito.
Explicación:
Solubilidad es la cualidad de soluble (que se puede disolver). Se trata de una medida de la capacidad de una cierta