Cómo se administra una finca
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Respuesta:
Son muchas las opciones a elegir que tiene un finquero para hacer productivas sus tierras y ganados. Pero, según varios estudios, muchos dueños de fincas atienden sus negocios por temporadas o en el mejor de los casos a control remoto. Es decir, el concepto de administración es poco o nulo.
Dentro del grupo de fincas manejadas a control remoto, están las dedicadas a la ganadería y agricultura, cuyas características generales son la poca planeación de la producción y la falta de supervisión del finquero. La administración es desconocida, porque es común que los empleados no cuenten con manuales de funciones, ni con una estructura que permita conocer las metas de producción. Así, las decisiones que se tomen serán ambiguas por el poco tiempo que le dedica su dueño.
Una razón más, es que los dueños de las fincas no tienen que reportar a nadie las actividades que realiza en su explotación, ya que ésta le pertenece en forma directa. Por esto la finca carece de una contabilidad y relación de gastos pormenorizada que le permitan conocer al dedillo cuánto ha invertido el finquero y de qué cuantía ha sido los ingresos, para determinar si la explotación genera utilidades o pérdidas.
El dueño tampoco recurre a la asesoría técnica y el uso de la tierra es supervisada bajo sus caprichos, así como las decisiones que toma sin conocer las condiciones del terreno, el clima, los sistemas de producción y mercadeo de productos.
Para comenzar, la mejor manera de administrar una finca es saber con qué se cuenta. Para ello se debe hacer un listado de la infraestructura, los cultivos y los animales. Con ello se determina desde el punto de vista técnico producción y productividad; los insumos que se requieren para la alimentación de gallinas, cerdos y vacas, también árbol por árbol saber que abono usar y seguir los consejos del agrónomo en las temporadas de siembra. En el aspecto económico saber cuántas clases de cultivos hay sembradas y el número de animales.
Este es el inicio para que el hombre de campo se vuelva empresario. Y para cumplir tal meta es mejor buscarle otros socios para inyectarle capital y explotar de forma más industrial la finca.
El diseño administrativo de una finca requiere un reconocimiento de recursos, planeación y ejecución, hasta tener el control de la producción. Así, puede convertirse en una industria pequeña que genere empleo y rentabilidad.
Ojo con sus empleados 1- El trabajo del empleado rural no se ha dignificado, ya que un trabajador no goza de seguridad social. La afiliación a los sistemas de salud, pensiones y subsidio familiar sólo son para los trabajadores urbanos.
2- El concepto de horas extras en el campo no tiene cabida. Si bien un empleado ordeña en la madrugada o ya entrada la noche, su tiempo adicional no es reconocido como adicional a su jornada diaria.
3- El empleado rural carece de ropa adecuada de trabajo. De forma regular, los jornaleros acuden vestidos con la ropa más usada o vieja. Igualmente se nota en el campo la carencia de manuales de funciones para controlar las actividades que realizan los trabajadores.
4- La motivación básica que se debe ofrecer al empleado es por la permanencia en la finca, la que se logra con justicia laboral, reconociendo los salarios legales y dotándolo de uniformes y herramientas adecuadas.
5- Hoy por hoy las labores de mayordomo las ejerce el empleado más antiguo, quien además de poseer muy pocos conocimientos, nunca asiste a cursos de capacitación. Lo que no analiza el dueño son los beneficios directos que le puede traer un empleado capacitado.
Explicación:
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