Como se adapto el ser humano al ambiente desertico
Respuestas a la pregunta
Respuesta: a adaptación del hombre a los valles de Arica, enclavados estos en el gran desierto de Atacama, Chile, se vincula desde sus orígenes con el profundo conocimiento del medio, de tal manera que conocer, explotar e integrar las áreas ecológicas el espacio fue una forma de vida. Al respecto Murra (1972), al definir el modelo de complementariedad ecológica en los Andes, enfatiza la importancia de la configuración ecológica en el contexto de la organización estratégica llevados a cabo por las poblaciones andinas.
Este modelo de integración y complementariedad a través del tiempo, fue cambiando de acuerdo a las características propias de cada período; así, desde el intercambio de bienes entre pequeñas bandas de cazadores, recolectores y pescadores, los modelos llegaron a la compleja organización política del Estado Inca, la que fue capaz de articular, en un sistema de reciprocidad y redistribución a las diversas “naciones” que lo conformaron.[2] En esta perspectiva, pensamos que la adaptación y conquista de los valles desérticos de Arica por parte de los grupos prehispánicos se habría planteado dentro de un contexto de integrar un conjunto de pisos y microambientes distribuidos desde el mar a la cordillera, lo que les permitió contar con una amplia variedad de recursos.
En esta región de Sudamérica tres aspectos únicos habrían ayudado a que se diera esta integración. En primer lugar la extrema diferencia de altitud, lo que permitió una gran zonificación climática altitudinal que comprende de 0 a 5.000 m de altitud, con sus variedades topográficas muy complejas y por la numerosidad de ecosistemas creados por semejantes condiciones geográficas (Véase la Figura 1).[3] En el caso específico de Arica, en un transecto de 190 km. de costa a puna, hay una variante altitudinal con asentamientos humanos que alcanzan hasta los 4500 msnm, lo que significó una movilidad permanente de la población y una multiexplotación de estas ecologías. En segundo lugar la existencia de animales de la familia Camélido, algunos domesticados como la llama y alpaca, adaptados a los ambientes de puna les permitió la caza y consumo permanente de carnes de animales con los derivados de esta (leche, lana, cuero). En tercer lugar, el aporte de la gran corriente peruana, que permite una gran abundancia de recursos marítimos, a pesar de las alteraciones ambientales producidas cada ciertos tiempo por el fenómeno del Niño.[4] Estos tres aspectos propios de la naturaleza de la vertiente occidental andina, permitieron configurar, un escenario particular, el que a
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