¿Cómo saber que la experiencia religiosa de un joven es genuina?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La relación padre-hijo -ge-
neralmente referida como estilo de
El fundamento para una
experiencia religiosa se
establece muy temprano
en la vida.
niños. La comunicación entre pa-
dres e hijo es un fuerte componen-
te de esta forma de paternidad.
Es interesante que White
también promueve el uso de este
mismo estilo de paternidad, decla-
rando que los hogares autoritarios
y permisivos producen hijos con
desarrollo moral débil (1964, pp.
212, 219, 220, 268; 1993, p. 393;
paternidad- influye fuertemente
en el niño de varias maneras impor-
tantes, que pueden tener un impacto en el desarrollo
religioso. La investigación original de Baumrind (1967,
1971) sobre estilos de paternidad fue llevada a cabo con
niños de entre tres y cuatro años de edad, con un se-
guimiento posterior a las edades de ocho y nueve años.
La relación entre padre e hijo pareció influir tanto en el
desarrollo cognitivo como en el social. Baumrind iden-
tificó tres estilos de paternidad: autoritario, autoritati-
vo y permisivo. En estos estilos percibimos alusiones
al trabajo del psicólogo social Lewin (1938) sobre esti-
los de liderazgos. En una revisión posterior de la litera-
tura sobre la interacción padre-hijo, Maccoby y Martín
(1985) confirmaron estos tres estilos de paternidad, lla-
mándolos autoritario-autocrático, autoritativo-recípro-
co, e indulgente-permisivo. Ellos agregaron un cuarto
estilo de interacción, el padre indiferente, no involucra-
do. Hoffman (1970, 1971), en su investigación sobre
disciplina y desarrollo moral, arribó a conclusiones muy
similares a las de conductas de paternidad descritas por
Baumrind y Maccoby y Martín. Él se concentró en la
inducción como el modo disciplinario paternal preferi-
do, pero sugiere que la inducción puede ser combinada
exitosamente con afirmación de poder para estimular
un desarrollo moral sólido.
El tipo de interacción padre-hijo asociado con el
estilo autoritativo-recíproco es el que mejor correlacio-
na con un desarrollo moral positivo. Estos padres usan
una manera racional de dirigir la conducta de sus hijos,
orientada hacia los resultados. Se estimula el dar y el
tomar verbales y se explican las razones de sus pedidos
y disciplina, pero los padres también usan técnicas de
disciplina poderosas cuando es necesario. Esperan que
sus hijos sean independientes y autodirigidos, pero para
conformar los requerimientos de los adultos. Los pa-
dres no dudan en colocar estándares y hacer que se
cumplan, pero estos modelos son en cierta medida
flexibles y no solamente basados en los deseos de los
1975, pp. 132-133).
En el caso de que no se les enseñe a los jóvenes a pensar
debidamente y actuar por su cuenta, en la medida en que lo
permita su capacidad e inclinación mental, a fin de que por
este medio pueda desarrollarse su pensamiento, su sentido
de respeto propio, y su confianza en su prnpia capacidad de
obrar, el adiestramiento severo producirá siempre una clase
de seres débiles en fuerza mental y moral. (1964, p. 211)
El desarrollo cognitivo de la niñez temprana jue-
ga un papel significativo en la manera en la cual él o
ella entienden la instrucción religiosa deliberada, así
como el diario acontecer, lo cual puede tener implica-
ciones para la comprensión del contenido y significado
de la religión familiar. La calidad del pensamiento lite-
ral durante el período preoperacional propuesto por
Piaget (19 52) limita el entendimiento de los símbolos
de la religión en la niñez temprana. El razonamiento
transductivo, el razonamiento yuxtapuesto, el egocen-
tdsmo y la centración pueden crear confusión en la
mente del niño al tratar de entender la instrucción reli-
giosa del hogar y la iglesia.
Mientras estas cualidades del pensamiento de la
niñez temprana pueden ser vistas como limitantes del
entendimiento al ser comparadas con la visión de la re-
ligión de un adulto, creo que ellas también crean un cli-
ma de creencia positivo. El niño no está listo cogniti-
vamente para cuestionar las enseñanzas religiosas del
hogar y de la iglesia como lo hará posteriormente. En
cambio, está ansioso de aceptar y abrazar estas ense-
ñanzas con una fe simple, quizás mejor ilustrada por la
fe implícita de la niñez temprana, en que Jesús contes-
tará sus oraciones. En nuestra investigación sobre el
concepto de salvación, este atributo también se mostró
como una confianza absoluta en que Jesús los llevaría
al cielo. A los cuatro, cinco y seis años de edad no tie-
nen dudas acerca de la salvación.
La etapa de la oiñez temprana del desarrollo mo-
ral influye en la motivación y el entendimiento del niño