¿cómo relacionaría el imperialismo del siglo XX con la guerra de Ucrania y Rusia?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Los medios dominantes presentan la guerra en Ucrania como una lucha entre la «democracia», que estaría representada por Ucrania y sus partidarios occidentales, y el «autoritarismo» del régimen de Vladimir Putin en Rusia. Pero las cosas no son tan simples. Por ejemplo, todo indica que el partidario más entusiasta de Ucrania es el gobierno de extrema derecha polaco, actualmente bajo investigación de la Unión Europea a causa de sus tendencias autoritarias. Putin, en cambio, cuenta con el respaldo de la India que, a pesar de tener un gobierno brutal y fascista, no deja de ser una democracia multipartidista.
El modo dominante de representar el conflicto pretende fundar la equivalencia entre el bloque de Estados capitalistas liberales y la «comunidad internacional». Y también niega sin concesiones la legitimidad de los intereses del bloque rival en función de su proclamado «autoritarismo». Todo lo cual implica hacer la vista gorda frente a, por ejemplo, la homicida autocracia saudí.
Cuando buscamos mejores marcos para comprender el conflicto, nos topamos rápidamente con la idea de imperialismo, un recurso fundamental. Después de todo, Putin parece estar empeñado en restaurar el viejo imperio zarista que la Revolución de Octubre tiró abajo en 1917. Con todo, es importante definir el término con claridad. El concepto de imperialismo se deja definir en referencia a un fenómeno que atraviesa distintas épocas históricas y que incluye todas las formas en las que los Estados más poderosos dominan, conquistan y explotan a sus sociedades vecinas.
Este rasgo característico de las sociedades de clases se remonta a los imperios persa, chino y romano. Es evidente que Rusia está comportándose como una potencia imperialista en ese sentido: con sus acciones busca someter el Estado ucraniano y repartirse su territorio. Pero, ¿esta definición general basta para comprender el conflicto? Gilbert Achcar, marxista libanés, piensa que sí. Por eso adopta lo que denomina una «posición antiimperialista radical», centrada exclusivamente en la lucha entre Rusia y Ucrania:
El éxito de Rusia sobre Ucrania alentaría a los Estados Unidos a retomar el camino de conquistar el mundo por la fuerza en un contexto en que una nueva división colonial empieza a fortalecerse y los antagonismos son cada vez peores. En cambio, el fracaso de la aventura rusa —sumado a los fracasos de Estados Unidos en Irak y en Afganistán— reforzaría lo que Washington denomina el «síndrome de Vietnam». Además, creo que es bastante obvio que la victoria de Rusia fortalecería considerablemente el belicismo y fomentaría el gasto militar en los países de la OTAN —un proceso que ya está en marcha—, mientras que la derrota plantearía condiciones mucho mejores en nuestra batalla a favor del desarme general y de la disolución de la OTAN.
En efecto, sería bueno que el pueblo ucraniano expulsara a los invasores rusos.