como raciona nuestro cuerpo ante el esfuerzo de las actividades físicas
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Cuando comenzamos una actividad física se ponen en marcha numerosos procesos biológicos en nuestro organismo. Ya con los primeros pasos quemamos más calorías.
El organismo pasa de quemar azúcares a quemar grasas, el metabolismo se estimula, los nutrientes se asimilan mejor y aumenta el consumo de energía. En los músculos aumenta la densidad de capilares, esos pequeños vasos sanguíneos que transportan los nutrientes directamente a las células de la fibra muscular. Así crecen las células musculares.
En cada célula hay una pequeña central energética, las llamadas mitocondrias, que asimilan los nutrientes que reciben y producen energía. Los músculos aumentan el rendimiento. El ejercicio también repercute en la actividad cerebral, mejora el riego sanguíneo y la oxigenación del cerebro y estimula el crecimiento nervioso creando nuevas vías nerviosas; en consecuencia, aumenta la memoria, la capacidad de concentración y la creatividad.
El esfuerzo físico influye también en la psique: la mente se refresca, estamos más relajados y mejora nuestro estado de ánimo; pero los investigadores aún no pueden explicar exactamente por qué esto es así.
La hipertensión y los niveles de azúcar alto se normalizan. El deporte previene enfermedades cardiovasculares y reduce el riesgo de recaída tras un infarto. El sistema inmune también reacciona a la actividad física: aumenta el número de células inmunológicas y nos defendemos mejor de las infecciones, es decir, nos resfriamos menos, incluso, nos volvemos más resistentes al estrés.
Respiramos mejor ya que aumenta la capacidad pulmonar y disminuye la frecuencia respiratoria. Realizamos tareas físicas con menos esfuerzo. Se fortalece todo el aparato locomotor: el tejido conjuntivo, cartílagos, tendones y ligamentos se vuelven más resistentes a través de la actividad regular.
Explicación:
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